El nuevo trabajo de Delius, “El Sendero Prometido”, editado por LocoRabia, se presentó el pasado 3 de Noviembre, en la Biblioteca Nacional. En este marco, nos parece pertinente abordar la nueva novela gráfica, con el objetivo de analizarla y reflexionar sobre el viaje artístico, de resistencia, de lucha y de descubrimiento (y auto-descubrimiento) que promueve.
Desde el primer momento en que se tiene en las manos el nuevo trabajo de Delius, es imposible no darse cuenta de que sin dudas es un libro único y muy personal. Nos encontramos ante páginas muy ricas en cuanto a dibujos y palabras. Dibujos en blanco y negro, simplemente realizados a tinta, en los que abundan los firuletes y los adornos, se entremezclan con párrafos a veces más largos y otras veces más cortos, para superponerse con frases escritas en diferentes direcciones y conceptos en portugués que nos ponen en contexto y nos hacen emocionar.
Árboles, palmeras, fogatas, picnics, pinturas, mariposas, y personajes de todas las edades se hacen presentes para inundar nuestras retinas y empezar a viajar. Las páginas nos ubican temporalmente a través de fechas que permiten datar esta aventura de la que ‘El Sendero Prometido’ nos hace partícipes. Nos encontramos, nada más y nada menos, ante el diario de viaje de Delius.
La autora se abre completamente a quien se interese en leer la experiencia que vivió junto a su hija durante una residencia artística llevada a cabo en 2018, en una ‘Fazenda’ en São Pablo, Brasil. Puesto que Delius no dejará de expresar sus emociones y sus aprendizajes sobre cada una de las páginas, quienes se permitan zambullir por El Sendero Prometido, serán testigos y testigas de un viaje en el que encontraremos un poco de todo: amistad, amor, arte, música, danza, días y noches, maternidad, niñez, creatividad, alegrías, tristezas, y mucha, mucha naturaleza. El sentido de comunidad recorre cada una de las páginas, como el hilo conductor que nos hará desplazarnos por el relato y las representaciones gráficas de los momentos compartidos por la autora en su experiencia en Brasil.
Al avanzar con la lectura del trabajo de Delius, veremos que hacia la mitad del libro nos encontramos con un cambio abrupto, pero no por eso menos interesante. El color se hace presente. Dejamos atrás la acromía para meternos en una propuesta que, en principio, nos resulta completamente nueva y diferente, y que nos hace preguntarnos cuál fue la decisión que llevó a la autora incluir estas páginas que a simple vista no parecen tener nada que ver con el relato anterior. Página tras página, notaremos que Delius busca construir un discurso coherente en el que las injusticias sociales, los temas culturales y la perspectiva de género resultan centrales, para conformar una trama que se vuelve el verdadero corazón y núcleo duro de su trabajo.
A través de una paleta de color muy diversa pero el mismo tiempo muy cuidada, donde abundan todo tipo de colores sobre páginas con tonalidades amarillas, Delius nos abrirá a un mundo que nos permitirá definir el miedo, el concepto de patria, de libertad, las igualdades de oportunidades, los feminismos, la esclavitud, la africanidad, la resistencia, el racismo y el sexismo, la oscuridad y las desapariciones y omisiones. ¿Qué es lo que hace de esta segunda parte tan crucial?
‘El sendero Prometido’ resulta un ‘sendero’ que ‘promete’ en sí mismo, un viaje dialéctico cuyas partes puedan ser leídas en el orden que el lector y la lectora prefiera, o bien leerlas separadamente, en diferentes momentos. Lo interesante es que, sea el camino que el lector y la lectora opte por tomar, notará que una parte se nutre de la otra: dos caras de la misma manera, capaces de otorgar significado a la historia misma que Delius busca contar y el discurso de sentido que pretende construir. Al respecto, en el libro de viaje es posible tanto identificar aspectos que la autora trata en la parte más teórica y política, como viceversa, es decir, cómo su forma de ver y de dar sentido al mundo, influye en lo que dibuja y describe lo que vivió durante su viaje en la experiencia artística. A estas dos partes complementarias, se le suman una tercera, en la que la autora presenta una colección de hojas de árboles y plantas que, con el mismo fondo de tinte amarillo, representan la ‘tercera pata’ de la propuesta de Deluis: la naturaleza. La autora se deja llevar por la creatividad y al presentar cada una de las hojas, las recrea en tinta negra para otorgarle detalles muy personales y originales.
Mientras en el diario de viaje la misma autora tiene mucha presencia, esto es, ella se dibuja a sí misma en diferentes situaciones a lo largo de las múltiples páginas, sea sola o con su hija, la segunda parte es más impersonal, pese a limitarse a tratar solo conceptos y temas que le son de su incumbencia. En la misma línea, mientras en el diario identificamos personas reales, que inclusive les pone nombre al comienzo del diario de viaje, algunas de ellas, cercanas de Delius, cuando la autora nos habla de los temas que la aquejan, la preocupan y la conmueven, trae a las páginas actores y actrices sociales reales e históricos/as, cuya participación es o ha sido comprometida con sus causas. En todes les personajes que aparecen en el diario de viaje se destaca la sonrisa, por lo que las páginas expresan alegría, sentido de comunidad y un objetivo en común. En cambio, les personajes que aparecen de la segunda parte transmiten diferentes emociones y estados de ánimo, por lo que veremos desde sonrisas a expresiones de tristeza y sufrimiento, todas emociones relacionadas con la realidad, la cual es muchas veces injusta y desigual.
“El Sendero Prometido” resulta un trabajo muy valioso y profundo, a través del cual a la vez que el lector y la lectora podrá viajar junto a la misma Delius por la Fazenda de Brasil y vivir su experiencia artística en comunidad, podrá ahondar en su forma de ver y entender el mundo, como así en lo que la mueve y orienta su vida. Sin dudas, las temáticas y las problemáticas históricas y sociales que Delius trae al papel no podrán pasar desapercibidas; puesto que son centrales en nuestra historia reciente, en nuestras culturas, en nuestro país y en nuestro continente en su conjunto.