41.TODOS LOS RECURSOS
Estamos en Marzo de 2017, en el nº15 de esta serie quincenal de Green Arrow que tiene como guionista a un Benjamin Percy ya muy afianzado, al punto de haber sobrevivido a la renovación total de la línea de DC de 2016.
Hasta el nº17 vamos a ver poco más que un festival de violencia urbana fuera de control, con Green Arrow, Black Canary, Diggle y Emiko (ahora llamada Red Archer) a pura acción en las calles de Seattle y en el bosque de Sherwood. Sobre el final tendremos un combate contra Merlyn y muchas muertes escabrosas. Por suerte los dibujos están a cargo de Juan Ferreyra y Otto Schmidt, dos magos del lápiz.
Entre los nºs 18 y 20 tenemos la trilogía de Roy Harper, dibujada por Eleonora Carlini, con la colaboración de la gran Mirka Andolfo. El arco tiene una trama ambientada en el presente, bastante violenta al pedo, con Ollie, Dinah y Roy en una reservación aborígen; y una más interesante en la que Percy narra un extenso flashback centrado en el origen del vínculo entre Ollie y Roy, que incluye guiños a aquellos primeros (y desastrosos) números de la etapa New 52 y nos muestra además el debut del Count Vertigo, a quien ya le ganaron tantas veces que no funciona más como amenaza.
Después tenemos una saga de cuatro episodios toda dibujada por Ferreyra, donde Percy se acuerda de bajar línea política, por primera vez en su extensa etapa. El villano principal es Cyrus Broderick, el ejecutivo garca que se había quedado con la empresa de Ollie, ahora secundado por Danny Brickwell (la versión New 52 de Brick), Cheshire y un Eddie Fyers más sacado que nunca. El plan consiste en hacer mierda Seattle (con la complicidad del intendente, entongado con los villanos) para después reconstruirla como una ciudad bajo control de una mega-empresa, que va a ser Star City. Percy pone en boca del intendente un discurso político repelente, derechoso y meritócrata, nada muy distinto a lo que escuchamos hace 12 años en la ciudad de Buenos Aires. Finalmente, Ollie decide revelarle al mundo que está vivo (recordemos que todos lo creían muerto) y se decide a recuperar su empresa… pero le sale todo mal y termina en cana.
El nº25 (más gordito que los habituales) trae de vuelta a Otto Schmidt, y a la gloriosa Kate Spencer (la Manhunter de Marc Andreyko), acá en el rol de la abogada que logrará sacar a Oliver de la gayola. La trama de corrupción política se va engrosando, Percy pone a los banqueros explícitamente del lado de los malos, Diggle tiene una mini-aventura muy descolgada contra Ra´s al Ghul y hay un nuevo giro impredecible para Moira, la mamá de Oliver. Para los seis números siguientes, Percy sale a robar: como ya lo hicieran otros guionistas en los ´90, arma una saguita (Hard Travelling Hero) en la que Ollie pasa cada episodio en una ciudad distinta, y en cada una se encuentra con un héroe distinto del DCU. Así se suceden team-ups medio al pedo con Flash, Wonder Woman, Superman, Batman y Hal Jordan, hasta que finalmente este último le permite a Green Arrow surcar el espacio exterior (!) y abordar la base espacial del principal villano de la saga, una especie de demonio del que Percy no nos cuenta casi nada, de modo que cuando lo derrotan nos importa menos que la posición de Villa Mitre en la tabla del Torneo Federal A. Emiko y Dinah aparecen de a ratitos, peleando en Star City contra otro villano medio inexplicable, mientras la trama política se va un ratito al freezer. Al final, los muchachos de la Liga de la Justicia le ofrecen el carnet a Ollie, pero este dice ”no, gracias, todo bien. Soy aliado, pero miembro ni a palos”.
42.LA RECTA FINAL
Como todos los guionistas, Benjamin Percy se va a ir de Green Arrow, y lo hace con un arco de seis episodios donde cierra todos los plots que tenía abiertos: la conjura político-económica que se apoderó de Seattle y la convirtió en Star City lleva a la ciudad a la bancarrota, como todo gobierno que se caga en la gente y sólo piensa en los ricos. Ollie se reencuentra con Dinah y con su mamá, Moira, que hace una jugada muy osada, entongada nada menos que con Merlyn. Al final, la que va a detonar todo va a ser Shado, que se lanza como una flecha contra los capos de la conjura y mata a Broderick, para después morir en combate con Moira, que también se va a la B. Emiko zafa con lo justo y en el episodio final Oliver Queen va (otra vez) a juicio. Acá sí, la bajada de línea política se come cruda a la aventura, y entre cameos de la Justice League y declaraciones bien de Social Justice Warrior, Ollie es absuelto, recupera (por fin) su empresa y Seattle vuelve a algo así como la normalidad, extirpado el cáncer del capitalismo salvaje. Percy no dejó volantazo sin pegar (vimos a Green Arrow pelear hasta en una base subacuática en el Pacífico) pero dentro de todo, en estos últimos números mostró bastante solidez. De todos modos, lo que más se extraña después es el dibujo de Juan Ferreyra, que estaba en un nivel increíble.
En el nº39 llega para hacerse cargo de los guiones la dupla integrada por los ignotos Collin Kelly y Jackson Lanzing y clavan una aventura en dos partes muy rara, un post-apocalipsis ambientado en un país que fue devastado por Deathstroke, junto a los muy buenos dibujos de Marcio Takara. Kelly y Lanzing van a volver, pero antes tenemos dos numeritos bien de relleno, a toda machaca contra el Parasite y otros villanos menores, a cargo de autores también suplentes.
Entre los nºs 43 y 47 los guiones los escriben Julie y Shawna Benson, guionistas y productoras de TV que desembarcan en varios títulos de DC. En sus tres primeros números las acompaña el muy limitado Javier Fernández y en los dos siguientes, otro capo argentino: Germán Peralta. El mejor número es el 45, una especie de crossover con Heroes in Crisis que nos muestra la reacción de Ollie ante la muerte de Roy Harper. Acá las chicas Benson vuelven a repasar toda la vida del personaje y hasta meten en continuidad el clásico episodio setentoso de la heroína, con Hal Jordan y todo.
Y les toca cerrar a Collin Kelly y Jackson Lanzing, que aburren en los nºs 48 y 49 con otra pelea absurda contra Vertigo y directamente te mandan a dormir en el nº50, donde cierra el plot de la caja. –Pará, ¿qué caja? Eso viene del Annual 2, escrito también por las Benson, un tie-in con No Justice largo al pedo, ambientado a la altura del nº43, cuando Roy todavía estaba vivo. No es una gran historia, ni te perdés mucho si la pasás por alto, pero sirve para entender de qué carajo está hablando Ollie en el nº50 (Marzo 2019), donde se termina la serie.
En aquel momento se dijo que Green Arrow volvería en Abril o Mayo con un nuevo nº1, en manos de un nuevo equipo creativo, pero eso nunca sucedió. La única aparición del Arquero Esmeralda en un rol más o menos destacado posterior a ese cierre de colección fue en la miniserie Event Leviathan, donde Brian Michael Bendis lo escribe muy parecido a como lo escribían Kevin Smith y Judd Winick: un héroe veterano, cascarrabias y jodón, que ya está acostumbrado a pasar al tercer o cuarto plano cada vez que entran en acción Superman o Batman.
Nada más. Así se termina, por ahora, la larga historia de Green Arrow, un héroe que en casi 80 años de aventuras no generó ni un solo villano como la gente, pero sí fue generoso en materia de sidekicks. Valga esta mega-nota como tributo a los autores que supieron ponerle onda a este Batman de la B y sostenerlo a lo largo de las décadas como un ícono (segundón, pero ícono al fin) dentro del panteón heroico de DC.


