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NOTAS

Inquilinos

Con su trazo simple y su humor irónico, Tiana Pol nos ofrece una verdadera crítica social que visibiliza injusticias y desigualdades.
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Miércoles 14 de diciembre, 2022

En estos días en que Argentina atraviesa por una crisis económica que parece profundizarse cada vez más, resulta pertinente revisar piezas gráficas que, satírica o irónicamente, hacen explícitas aquellas dificultades que viven diariamente las personas que viven en nuestro país. Entre esos trabajos gráficos, se encuentra ‘Inquilinos’, de Tatiana Pollero -o bien como se la conoce en Instagram y en redes, Tiana Pol-, libro realizado en 2021 y editado por Loco Rabia, donde la artista recopila muchas de las dificultades que ha vivido como inquilina y joven adulta que busca vivir por y con sus propios medios en un país en el que faltan oportunidades y en los que predomina las desigualdad.

En las primeras viñetas de ‘Inquilinos’ conocemos a dos ‘roomies’ que están viendo un departamento que les interesa alquilar. El piso tiene algunos aspectos que no les convence. Por ejemplo, la ducha, la cual se encuentra sobre el inodoro. Entre todos los ‘peros’ que les amigues encuentran, no se permiten mascotas. ¿Qué harán con el gatito? Desde el primer capítulo, Tiana deja en manifiesto el gran tema que abordará en cada una de sus historias: ser un inquilino o ser una inquilina en un contexto socio-económico que día a día parece ser más complejo; lo que se suma a los caprichos o bien a los requerimientos que los/as dueños/as y las inmobiliaria, que muchas veces imponen trabas a quienes buscan una vivienda para alquilar.

Las 18 historias cortas de las que se compone ‘Inquilinos’, exploran muchas de las dificultades con las que se encuentran las personas en el momento de buscar alquiler, así como aquellas situaciones muchas veces incómodas que viven cotidianamente los/as inquilinos/as con sus vecinos/as, dueños/as de los pisos, representantes de las inmobiliarias y la gente encargada de cobrar las expensas. Tiana abordará cada una de estos aspectos y estos problemas de una manera completamente irónica y apelará a la hipérbole a través de situaciones extrañas y desopilantes. De modo de no dejar escapar nada, cada uno de los capítulos abordará un tema en específico o problemática, con un tono que llevará a muchas de las historias muchas veces hasta al absurdo.

Al respecto, además de esa primera historia en la que Tiana se enfoca en las mascotas, capítulo a capítulo, la autora explorará otros temas que les son inherentes y completamente familiares para aquellas personas que alquilan, tales como problemas edilicios, la triste vuelta a la casa de los progenitores ante el fracaso económico, la compra de muebles de segunda mano, dificultades para pagar cuando el alquiler se encarece, los momentos tensos con los representantes de las inmobiliarias, gastos de expensas y otros extras, las dificultades de acceder a una garantía, la necesidad de buscar ‘roomies’ con los que compartir gastos, y el desafío de buscar alquiler con niños y niñas. El abordaje de todos estos temas que hace Pol a lo largo su libro resulta en una crítica social muy definida en una sociedad como la nuestra en la que parece ser cada vez más difícil y complejo el alquiler legal de un departamento por parte de los jóvenes adultos y de las jóvenes adultas y el acceso a la vivienda en general.

Para contar cada una de estas historias, Tiana opta por un trazo bastante simple y evidentemente digital, pero no por eso menos interesante. Los diversos colores y tonos planos de los personajes y elementos protagonistas en cada uno de los capítulos se funden muy bien con los fondos que diseña la artista, en los cuales, si bien predomina el gris y los tonos neutros, resultan bastante elaborados y parecen apelar un poco más al detalle a través de una propuesta un poco más delicada y elaborada. Los colores de los personajes no buscan representar de ninguna manera a la realidad, por lo que recuerdan a Los Simpsons o a alguna serie animada de MTV de los años ´90. Puede decirse que la propuesta estética de Tiana funciona, puesto resulta pertinente para abordar al tipo de historia que busca contar a lo largo de su libro. El planteo artístico le permite destacar ciertos aspectos de las tramas de las historias, puesto que de otra manera le hubiera sido imposible generar el mismo impacto visual. El uso la palabra en cada una de las viñetas se encuentra en su justa medida en relación al tipo de historia corta que Pol busca narrar, por lo que, cuando hay diálogo, lo que dicen los personajes resulta pregnante y permite al lector y a la lectora reflexionar.

Si bien el trabajo que hace Pol en ‘Inquilinos’ puede parecer en un primer momento un compendio de relatos relacionados al simple hecho de alquilar un departamento, la manera exagerada en la que la autora apela a la ironía hace de esas aventuras y desaventuras una verdadera crítica social que hará que el lector y la lectora repensar su realidad y visibilizar las injusticias sociales y la desigualdad.