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NOTAS

Madame Xanadu (parte 2)

Segunda parte del informe, esta vez centrada en el trabajo de la dibujante Amy Reeder Hadley.
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Miércoles 05 de febrero, 2025

Toca hablar nuevamente de Madame Xanadu, la serie de Vértigo, publicada entre 2007 y 2011 con guiones de Matt Wagner. Aunque hay mucho para decir de su trama y de las temáticas que aborda, hoy quiero hablar del aspecto visual del comic, llevado adelante por la dibujante Amy Hadley (antes conocida como Amy Reeder Hadley). Aunque la serie cuenta con otrxs dibujantes, en esta oportunidad nos centraremos en esta artista, puesto que es quien llevó adelante la gran mayoría de los números.

Pero, primero que nada, ¿quién es Amy Hadley? Hadley es una historietista nacida en 1980, en Denver, Estados Unidos. Si bien estudió una Licenciatura en Enseñanza de las Ciencias Sociales, es decir, no tiene estudios formales conocidos en ilustración e historieta, su nombre comenzó a resonar dentro del ambiente comiquero a partir de la cuarta competencia de Rising Stars of Manga, de Tokyopop, donde quedó en segundo lugar. Más tarde, escribió e ilustró el manga shojo (para chicas adolescentes y jóvenes) de drama y romance Fool’s Gold, cuyos primeros números fueron publicados en 2006. En ese trabajo, ya comenzaba a vislumbrarse su estilo delicado, que más tarde volcaría casi por completo en la serie de Xanadu.

Además del manga y de la serie regular de Vertigo, también estuvo involucrada en publicaciones como Batwoman, Supergirl, Jupiter’s Legacy, Moon Girl and Devil Dinosaur, Hulk, Rocket Girl, Marvel First Level, Iroheart, Hit-Girl, Young Justice, Wonder Woman, Justice Society of America y X-Men. La arista también se ha desarrollado profesionalmente como portadista, colorista, ilustradora y entintadora.

El trabajo de Hadley se basa tanto en el dominio de la técnica digital como analógica. Utiliza tanto la tableta digital de dibujo y goma de borrar eléctrica, como marcadores y lápices para colorear sus ilustraciones a mano. Pese a venir del manga, en general, su estilo es poco recargado. Sus dibujos tienen mucho aire, lo que le permite dar a cada tono, a cada detalle y a cada elemento su lugar dentro de las viñetas. En general, sus trazos son finos, delicados, y se destacan por una gran expresividad.

En cuanto a su trabajo en Madame Xanadu, ¿qué decir? Nada más que cosas fabulosas. La experiencia visual que propone la ilustradora es realmente única. No solamente por su trazo sensible y exquisito y su capacidad de transmitir emociones a través de los ojos y la mirada de la protagonista (lo que radica en su gusto por el manga en cierta forma), sino por la maravilla de sus escenarios, fondos y las personalidades reconocidas (tanto mágicas y de DC, como reales e históricas) que consigue traer a las viñetas de una manera tan vívida y certera.

Algo a destacar especialmente es su habilidad para recrear todo tipo de paisajes y lugares variopintos. Si algo tiene la trama de Madame Xanadu, es su ir y venir en diferentes momentos de la historia (sean reales o bien relatos establecidos en historias fantásticas y míticas) y Hadley consigue retratar el estilo de cada época de forma exquisita. Los bosques de Camelot parecieran sacados de las mismas leyendas  artúricas y las calles de Londres, Roma y una decadente Nueva York se ven increíbles. Los callejones oscuros consiguen convencer con sus aspectos ominosos y la corte mongola brilla con su oro y sus detalles ostentosos.

Más allá de alguna que otra viñeta en la que la magia de la adivinación se hace presente o en aquellas escenas en que giran en torno a sus encuentros con Phantom Stranger, todo lo demás en Madame Xanadú es cálido y bello, pero al mismo tiempo sombrío. Hadley consigue balancear muy bien la luz y la oscuridad de la magia de una manera muy acertada, para hacer vivir a lxs lectores una aventura visual única a través del espacio y el tiempo.

A todo esto, se le suma un uso del color super preciso, que consigue recrear esa imagen mental típica que se tiene de los sitios donde se suele tirar el Tarot en las películas. Al respecto, el colorista, Guy Major, hace un gran trabajo que se fusiona muy bien con el de la dibujante.

(Muy pronto, la tercera entrega)