¿Qué ocurría si un día común y corriente mientras esperás el colectivo de regreso a casa bajo la lluvia, un mundo sobrenatural aterrador se abriera frente a tus ojos? ¿Lo enfrentarías como Ash en Evil Dead 2? ¿Huirías hasta un callejón sin salida como en Scream? ¿O te armarías de valor… para ignorarlos?
Mieruko-Chan, también conocido como “La niña que puede verlos”, es un manga japonés escrito y dibujado por Izumi Tomoki que relata la vida de Miko, una estudiante japonesa que de golpe tiene la capacidad de ver aquello que las personas comunes y corrientes no pueden ver: espíritus, ghouls, fantasmas vengativos, almas en desgracia, entre otras criaturas sobrenaturales que no tienen paz en el mundo terrenal.
En un tono que alterna entre la comedia, el horror y la tragedia, la historia de Miko empieza un día agotador luego de clases. Uno de esos días donde uno sólo quiere llegar a su casa, bañarse, y desaparecerse del mundo por un rato. La rutina cotidiana de un adolescente es tediosa y llena de problemas, pero lo que ningún adolescente espera, es que otro problema que se sume a la lista sea el poder ver fantasmas y almas torturadas esperando al lado suyo, monstruos descomunales y aterradores que caminan entre la gente esperando a que alguien los “vea” para conectar con ellos.
Miko no es una heroína: ella no los enfrenta como una cazafantasmas. No es una cobarde, tampoco: ella no corre de ellos y nunca deja a nadie solo cuando ve que tiene un espíritu al lado. Hace lo que, creo yo, muchas personas han hecho en algún punto después de pasar por alguna instancia extraña o donde algún detalle no encaja: los ignora, los atraviesa, hace oído sordo a sus súplicas y amenazas, incluso cuando ella puede verlos y esté aterrada.
Y mientras seguimos su día a día lleno de criaturas supernaturales, descubrimos que Miko es, además de una genia en la técnica de la “cara de poker”, una adolescente muy inteligente que logra moverse entre los espíritus y deducir situaciones en base a ellos. Para bien o para mal, Miko hace uso de su nueva desgracia de muchas formas, la mayoría de las veces intentando ayudar a personas que necesitan un empujoncito accidental de un alma del más allá. A veces los peores pesares no son los espíritus ni los seres vivos, sino aquellos retazos de realidad que quedaron discontinuos cuando un alma queda varada en el paso entre la vida terrenal y la muerte.
El dibujo es excelente (con una mayoría de personajes femeninos de todo tipo y monstruos que parecen sacados de murales japoneses antiguos) y la forma en la que está narrada la historia es una bocanada de aire fresco, ya que en el manga nunca aparece alguien “explicando” lo que sucede o por qué sucede, sino que cada viñeta muestra qué está ocurriendo y por qué. Es un caso único donde se toma la regla magistral de “Mostrá, no expliqués” y se le da una vuelta muy enriquecedora hacia el misterio detrás de los mitos japoneses, con simbología que incluso aquellos que no estén metidos en el mundo del horror japonés pueden entenderlo. Es por esto que recomiendo la lectura de este manga, que creo que entretendrá y le arrancará lágrimas a más de un lector que se encuentre reflejado de alguna forma en las aventuras de Miko.
Cabe aclarar que el manga es muy reciente (lleva tres tomos recopilatorios en Japón), por lo cual no tiene una traducción oficial ni al español ni al inglés, pero existen traducciones disponibles en internet. A su vez, las redes sociales manejadas por Izumi se encuentran en japonés. Pero, para seguir al artista y ver más de sus dibujos y actualizaciones de sus historias, pueden seguir su cuenta de twitter: https://twitter.com/izumi000, y su pixiv, https://www.pixiv.net/member.php?id=3489777.
Espero que a futuro podamos ver una animación completa hecha en base a Mieruko-Chan, ya que es realmente una historia cautivante para todas las edades que no tiene miedo de mezclar el mundo de los espíritus con las alegorías de la vida cotidiana.
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