Últimos números de Teen Titans Spotlight, un annual y un poquito más, todo en el año 1988.

Teen Titans (parte 36)

26/06/2024

| Por Fede Velasco

1 comentarios

Teen Titans Spotlight cierra en el número 21, así que vamos a aprovechar este repaso para cerrarla, por lo que seguimos donde la dejamos. En el nº16 le llega el turno de ponerse bajo el foco a Thunder y Lightning, con guiones de Tony Isabella. Esta historia va a continuar en la siguiente entrega, pero va a desplazar el protagonismo de los hermanos vietnamitas a Frances Kane.

Dibujado por Chuck Patton y tintas de Al Vey, este episodio se centra en el laburo que hacen los hermanos como seguridad en STAR Labs a cambio de que los ayuden a comprender y controlar mejor sus poderes. Y es ahí donde van a conocer a la doctora Alysia Damalis, una psiquiatra especializada en metahumanos (bueno, ese término todavía no lo había inventado DC) que trabajaba con Atomic Skull, ayudando al Dr. Albert Michaels a retomar el control de su versión superpoderosa. Pero la doctora esconde segundas intenciones en sus procedimientos, ya que por medio de hipnosis, y ayudada por algunas drogas experimentales, se dedica a implantar en sus pacientes personalidades alternativas que respondan a sus órdenes. Y más allá de Atomic Skull, la que cae en sus garras es Frances, quien está trabajando como su asistente a cambio de obtener ayuda con sus poderes, ya que le está costando trabajo lidiar con ellos, desde que tomó la decisión de no transformarse en superheroina y tras su separación de Wally (la que vimos en los primeros números de la nueva serie de Flash o Flushman). La doctora Damalis trata de hacer lo mismo con Tavis, pero debido al link mental que tiene con su hermano, Gan se da cuenta de lo que está sucediendo y lo rescata a tiempo. Es en ese momento, al sentirse amenazada por los hermanos, que la doctora utiliza la palabra clave con Frances y activa a Magenta para que asesine a Thunder y Lightning.

El número siguiente estará protagonizado por Magenta, y continuará la historia desde su punto de vista. Esta vez, Isabella contará con lápices de Don Heck, mientras Vey se mantiene en las tintas. La mayoría del episodio es una pelea de la villana contra los héroes en Central Park, hasta que en el punto culminante de la misma, y cuando finalmente Magenta los tiene bajo su control, los gemelos la convencen de que no está para recibir órdenes de nadie y que no debería responder a los intereses de alguien infinitamente menos poderoso que ella. Magenta entonces decide confrontar a la doctora Damalis. Mientras tanto, en STAR Labs, motivado por la denuncia que hicieron de la doctora los gemelos, Tony Rocco, el jefe de seguridad del laboratorio comenzó a vigilarla en secreto y al intervenir su teléfono, descubrió lo que estaba haciendo con Frances, pero cuando la interroga para tratar de averiguar cual es la organización que se encuentra detrás de sus planes, Magenta irrumpe en la sala dispuesta a eliminar a la psiquiatra. Vuelven a entrar en escena los gemelos, para impedir que Francis mate a la doctora, pero es finalmente Rocco quien, usando la grabación que tenía de la doctora, repite la palabra clave “Rumplestiltskin” con la cinta y logra que Frances vuelva a sus cabales. Todos felices, salvo por el pequeño detalle de que la doctora logra escapar, al activar a alguien por teléfono con la palabra clave “Blancanieves”.

Como pasó antes con los números Hawk, acá da toda la sensación de que la idea del guionista es seguir esta historia en otro lado, o incluso que son ideas para un nuevo título que dire en torno a un equipo de metahumanos que son controlados por la doctora o la organización en la que ella trabaja, pero la realidad es que después de esto, Isabella, se va a alejar de DC por algunos años y toda esta historia va quedar en la nada. Recordemos que en 1987, la Crisis había pasado hace muy poco, y que la editorial era un terreno fértil para nuevos conceptos que se convirtieran en series, pero no todos terminaban prosperando, como en este caso.

Los nºs 18 y 19 van a ser crossover de Millennium, el único contacto que van a tener los Titanes con la saga, ya que en su serie regular no hubo ninguno y los dejaron afuera de la misma. El primero está escrito por Dan Mishkin y Gary Cohn, meintras que lo dibuja Art Thibert. En un momento en que el rey de los mares no tenía serie propia (unos meses después los mismos guionistas van a probar con un especial sin demasiado éxito) este número protagonizado por Garth es en realidad una excusa para que Aquaman tenga su crossover con la saga. La historia es una gilada que enfrenta a los héroes con los Manhunters que están tratando de recuperar una nave alienígena del fondo del océano. El principal conflicto es muy estúpido (porque parece todo inventado para este número): tras su enfrentamiento con Mento en el nº 10, Aqualad perdió sus capacidades telepáticas y acá consigue recuperarlas, pero ya en lugar de comandar a las criaturas del océano, es más como que les pide su ayuda. No está tan mal, si no fuera porque no había evidencia previa de la pérdida de poderes y los recupera a las pocas páginas. En el fondo, todo es una excusa para que en el episodio 5 de Millenium el dúo de héroes se aparezca con la nave recuperada.

Mucho más interesante es el 19, que funciona como una suerte de epilogo de Millennium y reúne a Starfire con Harbinger. Aquí, la princesa de Tamaran le hace entender a Lyla por qué debe usar sus poderes en beneficio de la Humanidad y quedarse con los New Guardians. Está preciosamente dibujado por Colleen Doran y tiene guion de la por entonces editora de la serie Barbara Kesel (cuando todavía firmaba como Randall, por estar soltera). La verdad que la guionista sabe manejar muy bien a ambos personajes y logra una muy linda historia que aporta mucho a la forma que tiene Kory de ver la vida.

El nº 20 es tan pelotudo que no se entiende. Escrito por Peter B. Gillis e ilustrado por Tom Artis, Cyborg y Changeling, se enfrentan a una especie de tecnología viviente que viene de otra dimensión y pelean en un shopping tratando de que no se extienda. Todo es muy confuso y berreta, pasemos rápido a lo que sigue. Es decir, al final de la serie: el último episodio está dedicado a la formación original de los Teen Titans, la historia escrita por Sharman Divond y Mark Evanier está dibujada por Dan Spiegle y parece más que nada una excusa para traer más a la actualidad la fecha de formación del equipo, pero sin perder el feeling sesentoso de esas primeras aventuras. Todo parece un gran homenaje a la era de Bob Haney, donde el conflicto es contra un grupo de mafiosos medio pelo, y la historia gira en torno a un tipo que metieron en cana durante el festival de Woodstock y sale en libertad tras cumplir una condena de 16 años. Un disparate que trae todo mucho más al presente (de 1988) haciéndose cargo que en ese momento del ´85, los Titans originales llevaban poco tiempo laburando juntos, lo que comprime más de 20 años de historia en solo tres. La aventura en sí es casi una excusa para contar la historia de Sam Ransom y cómo el mundo cambio en todos los años que estuvo preso. También como una suerte de guiño a la propia historia de los Titans, que vivieron aventuras en esa época en la que en realidad no deberían haber nacido o ser apenas bebés. Un final un poco deslucido para una serie con muchos altibajos, más bajos que alti, y que en términos generales no aporto demasiado al universo titanesco, ni a sus personajes, cuyo mayor desarrollo continuó en la serie principal. Lo que nos lleva a…

El Annual 3, una inmensa excusa para que se sume al equipo el insoportable de Danny Chase. No sé qué se le pasó por la cabeza a Marv Wolfman a la hora de crearlo pero sin dudas, es el miembro más insufrible que tuvieron los Titans en todas sus encarnaciones y, como dije, debuta en este anual.

No vale la pena perder demasiado tiempo en el mismo, pero se puede resumir diciendo que Danny y sus padres laburan como agentes secretos para la agencia comandada por King Faraday, y son capturados por Godiva (una villana con poderes psíquicos, no se la confundan con la de los Global Guardians) durante una misión en Tokio. Danny logra escapar y pide ayuda a la organización para recuperar a sus padres, pero estos se niegan, por lo que decide recurrir a los Titans. Durante la aventura nos vamos a enterar de los poderes telekinéticos de Danny, y cuando logren rescatar a sus padres, lo van a invitar a formar parte del equipo. Obviamente la villana va a lograr escapar para regresar en el futuro. De más esta decir, que en el medio pasan un montón de cosas irrelevantes, como el secuestro de un satélite y una subasta con un montón de dictadores de países tercermundistas, pero todo es bastante intrascendente y para colmo cuenta con un deslucido dibujo de Mike Collins, que no colabora en nada con el mediocre guion que aporta Wolfman.

De regreso en la serie regular (y ahora único título de los personajes) ya con Danny Chase incorporado al equipo, el nº 40 trata sobre una serie de robos a distintos museos que son pergeñados por tres villanos de la B Metropolitana, como el Gentleman Ghost, Mr. IQ y Silver Fog. Finalmente los malos terminan enfrentándose entre ellos, porque en realidad no trabajaban juntos sino que -de casualidad- todos habían elegido New York como escenario para sus robos, porque no había héroes demasiado poderosos a los que enfrentarse… ¡pero no contaban con los New Titans! Por suerte Eduardo Barreto está con unas pilas tremendas y levanta muchísimo la calidad del numero con su dibujo, que -como viene pasando últimamente- parece escrito por un Wolfman muy a media máquina.

Compartir:

Etiquetas: ,

Dejanos tus comentarios:

Un comentario