Una vez más, la revista llega al nº50, y esta vez coincide con el regreso de George Perez como dibujante titular.

Teen Titans (parte 38)

28/08/2024

| Por Fede Velasco

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En 1988, casi en paralelo con la publicación del número 50, sale a la venta el Annual 4, una historia muy medio pelo, que demuestra que muy lejos quedaron las épocas de gloria, donde en estos especiales se cocinaban sagas del tenor de “Judas Contract” u orígenes impactantes como el de Vigilante o Brother Blood. La historia en sí es absolutamente intrascendente y confusa al pedo: un villano cuya motivación no se entiende demasiado llamado Muse, se mete en los sueños de los Titans para hacerlos vivir pesadillas, según parece por orden de los Children of the Sun. Lo más bizarro de todo esto, es que con la nueva interpretación de los Titans griegos que se va a dar en la serie con el nuevo origen de Donna, uno no termina de entender a quién responden estos Children, porque la saga de Thia como madre de Lilith debería haber quedado fuera de continuidad.

Lo realmente feo de este anual, más allá del guion, es que hacen algo que de verdad detesto y es que sea intrascendente. Cuando uno compra un especial como este, como lector espera que le dé un poquito más que un número regular de la serie y de eso acá no hay nada. Y cae en los peores vicios de cuando son malos, que son tener una legión de dibujantes para llegar con los plazos y encima contar una historia de solo 35 paginas (menos de 10 páginas más que un numero regular de aquel momento, que tenían entre 16 y 28 por lo general), y un back-up de 8 páginas que no tiene ningún sentido, con una historia humorística protagonizada por la torre. No se qué había fumado Marv Wolfman ese día, pero si bien la historia está bien dibujada por Chuck Fiala, y no es aburrida, carece de sentido alguno más allá de rellenar la cantidad de páginas mínima que debería tener la revista. Lo único rescatable, por mas que no me guste la mezcla de estilos, es el dibujo, ya que tanto Eduardo Barreto, como Kelley Jones, Collen Doran, Mike Collins, Paris Cullins y Gordon Purcel le ponen bastante onda a un guion que no lo merece en lo más mínimo.

A esta altura de la vida, Donna Troy es uno de esos personajes muy difíciles de comprender, debido al extenso manoseo que sufrió su origen. En esta misma nota, explicamos en su momento los pormenores del mismo y cómo todo se debía a un error de Bob Haney, que el mismo Marv Wolfman se preocupó por enmendar. Pero 20 años después, Wonder Girl vuelve a estar en el ojo de la tormenta y en esta oportunidad si tenemos que buscar responsables inmediatos son los propios Wolfman y George Perez, no solo por su trabajo en Crisis, sino también por el cambio rotundo que hizo el segundo, en Wonder Woman tras su reinicio. Pero como siempre pagan justos por pecadores, vamos a liberarlos un poco (tampoco por completo) de esa carga, ya que según conto en infinidad de veces el guionista, su idea con el final de Crisis era muy diferente y la editorial le bajó el pulgar. Su intención era un reinicio completo de todas las colecciones, un verdadero empezar de cero, incluso con los Titans, que en sus propias palabras no lo necesitaba porque el titulo iba bien de ventas y estaba encaminado, pero si ese era el camino a seguir estaba dispuesto a hacerlo. Pero DC no estaba tan de acuerdo, optaron por otra cosa y el resto es historia.

 

La primera idea que tuvo la dupla fue hacer un crossover entre Wonder Woman y Teen Titans Spotlight con Donna como protagonista. Dos números dibujados por Perez, para aclarar el vínculo ahora inexistente entre ambos personajes, a pesar de las obvias similitudes. Pero vaya a saber uno por qué (posiblemente cuestiones de agenda) la historia jamás vio la luz y muto en otra cosa. “Who is Wonder Girl?” fue originalmente pensada como una novela gráfica de 96 páginas, que volvería a reunir a la dupla que catapulto al equipo a la fama, cuatro años después de su separación. Finalmente les terminó pareciendo más coherente contar esa historia dentro de la serie regular, por la importancia que iba a tener para el personaje y el equipo, y para marcar también el regreso de George Perez a la serie como dibujante titular.

Según cuenta el mismo dibujante en entrevistas de la época, la única motivación inicial para su regreso fue la económica, ya que si bien no le estaba yendo mal con Wonder Woman, parece que lo que ganaba con un único título no le alcanzaba para parar la olla, y hacer Titans seguía siendo un trabajo mejor rentado, por lo cual cedió la parte gráfica de la Mujer Maravilla, y se quedó solo a cargo de los guiones. Pero Perez ya no era el mismo, y si bien casi desde el principio había aparecido como co-plotter de la serie, él mismo aceptaba que en el fondo confiaba mucho más en el criterio de Wolfman en esa área y que, mas allá de aportar algunas ideas, o encauzar algunas de Marv que no le cerraban, no se metía demasiado. Pero ahora, con la experiencia y confianza que le habían dado sus años a cargo de WW, la cosa había cambiado bastante, y también sentía que la serie se resintió con su ausencia, no tanto desde la parte grafica, ya que siempre fue muy respetuoso por el trabajo de Barreto, sino por el control total del guionista sobre los personajes. Así que se venia una nueva etapa, con mucho diálogo entre ambos autores y donde Barbara Kesel ejercía su laburo de coordinadora al máximo, convertida en la voz que zanjaba algunas posturas cuando se volvían irreconciliables, aunque en general ambos eran muy respetuosos del trabajo del otro y la relación fluía en la mayoría de los casos.

Un dato que no quiero dejar pasar, y sobre el que ya volvernos en algún momento es que, al transformar la novela gráfica en parte de la serie regular, los autores debieron ponerse a trabajar en una nueva historia para la misma, ya que el compromiso con la editorial estaba vigente. La misma seria “Games” y por esas vueltas extrañas de la vida, tardaría casi 25 años en ver la luz.

Así llegamos al nº 50 (fecha de tapa Diciembre de 1988), cuando la dupla que nos dio los mejores años de la revista está de vuelta y todo parece ser felicidad. Pero solucionar los kilombos de continuidad de Donna no es tarea fácil. Hay un gran bache acá, y los autores optan por la opción más simple, que es hacerse los boludos: todos los recuerdos desde que Donna es rescatada del incendio (ahora por un bombero en lugar de por Diana) y su primer encuentro con los Titans, son memorias implantadas, pero de las mismas vemos solo algunos destellos, como ella en un orfanato, en el colegio, y boludeces así. Pero nada que explique por qué tenía superpoderes, vivía sola con 13 años  y un montón de cuestiones que no cierran por ningún lado, pero que son explicadas aca con su nuevo origen. Lo raro es que hasta este momento, nadie jamás se hubiera preguntado nada sobre esto, pero la verdad es que jamás se lo cuestionó porque -en términos de continuidad- su origen se había ido por la borda apenas unos años antes, y todavía no habían tenido tiempo para pensar en eso… o era más fácil mirar para otro lado.

La historia (para no hacerla muy larga) nos explica que Donna fue rescatada del incendio por los Titanes míticos, una nueva re-imaginación de los mismos que no tiene nada que ver con la que nos mostraran los propios Wolfman y Perez en la revista, en el pasado, pero que va a servir para mantener intactos los aspectos mitológicos griegos del personaje y justificar el origen del nombre del grupo. Estos Titanes reunieron un grupo de niños de distintos planetas que se encontraban al borde de la muerte, para entrenarlos como sus “semillas” y que eventualmente al volver reunirse, los liberaran de la maldición que pesaba sobre ellos al ser exiliados del Olimpo. Para que esto no afectara la vida de estos niños, después de años de entrenamiento, los devolvieron a sus planetas con memorias falsas implantadas, salvo a uno de todos ellos. Sparta era originaria del planeta que orbitaba bajo la luna que los Titanes habían transformado en Nuevo Cronos, su hogar, y por este motivo decidieron dejarle sus recuerdos intactos, lo que por desgracia fue demasiado para su mente y la hizo enloquecer, al creerse por encima de sus congéneres y dominarlos como si de una deidad viviente se tratara. De ahí en adelante, decidió eliminar a sus “hermanos” y absorber sus poderes, para ser la única y más poderosa de todas las semillas. Los Titanes al ver esto, intentan contactar con las semillas sobrevivientes, y ahí es donde llegan a Donna y le revelan toda la verdad sobre su origen.

De ahí en adelante, los Titans (el supergrupo, no los griegos) tratarán de encontrar a las “semillas” restantes, llevarlas junto con Donna a Nuevo Cronos, detener a Sparta y conseguir que los titanes griegos, alcancen su meta. Detalle más o menos, esto es lo que cuenta la saga de cinco números, que tiene dos particularidades, que no tienen que ver con la misma. La primera es que una buena parte transcurre durante Invasion! y es la manera de justificar que los Titans no se encuentren disponibles durante la misma. Y la segunda, es que también durante su viaje por el espacio, se produce la muerte de Jason Todd, un evento que va a repercutir bastante en Dick a su regreso.

Finalmente, el nº 55 es un epílogo con el equipo ya de nuevo en la Tierra, en el que Donna asume su nueva identidad superheroica como Troia, Dick confronta a Batman sobre lo que le pasó a Jason, expulsan del equipo a Danny Chase, mientras que Gar y Vic se toman un pequeño descanso, uno para visitar a Sarah en San Francisco y el otro porque Steve Dayton le prohíbe volver al grupo hasta no mejorar sus notas. Con todos estos cambios, Wolfman y Perez, están listos para conducir al equipo en una nueva etapa… ¿de gloria?  Ya lo veremos.

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