Seguimos en 1989, un año muy importante para los Titans, por muchos motivos.

Teen Titans (parte 39)

25/09/2024

| Por Fede Velasco

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El tercer (y último) anual de la colección Secret Origins, está dedicado a los Teen Titans y encaja a la perfección entre los números 55 y el 57 de la colección, al punto tal que el 56 (ya vamos a volver a él en breve) también es una historia del pasado del equipo. Pero veamos qué onda este especial.

Lo más particular es que -para variar- el guion está a cargo de George Perez en lugar de Marv Wolfman, y si bien el veterano dibujante mojaba en los plots casi desde el día 1, esta es su primera incursión como guionista completo en los Titans. Obviamente ya había estado varios años al frente de la serie de Wonder Woman, donde su talento como narrador creció hasta verlo convertirse en un muy buen guionista. Por desgracia, al darle a Perez el guion, el dibujo debe caer en una legión de dibujantes que van de excelentes a muy chotos, pasando por todo el espectro. Sin dudas, lo más destacable es el laburo del genial Kevin Maguire, entintado por otro prócer como es Karl Kesel, que hacen las mejores páginas del especial en la secuencia con los Titans West. Un digno segundo puesto se lleva Tom Grummet, entintado por el propio Perez que se encargan de las escenas de apertura y cierre de la historia. Las más feas son las dibujadas por Trevor Von Eeden, que para colmo se entinta a sí mismo y arruina por completo toda la secuencia final de la serie de los ´60. Al número lo completan Grant Miehm, Irv Novick, Michael Bair, Dave Cockrum, M. D. Bright, Colleen Doran y Dick Giordano.

La forma que elige George Perez para contarnos esta historia es rara. En lugar de hacer una recapitulación del origen del equipo, hace una historia totalmente inserta en la continuidad de la serie, en la que Dick, todavía atormentado por la muerte de Jason Todd, ve sus sueños invadidos por un villano que le quiere mostrar cómo siempre fue un fracaso como líder de los Titans. Con esto como excusa, Dick va ir reviviendo momentos fundamentales de la historia del grupo, desde su primer enfrentamiento con Mr. Twister, hasta prácticamente la actualidad de la serie. Lo más interesante es el esfuerzo que pone el guionista en comprimir los tiempos, y tratar de darle sentido a cosas que post-Crisis no lo tienen, o que jamás lo tuvieron producto de su época. Hagamos un breve repaso por lo más destacable.

Lo primero que se me ocurre es decir que el primer crossover entre Robin, Aqualad y Kid Flash, fue hace 8 años y Dick tenía 13, lo cual blanquea que ahora tiene 21 y las historia de los ´60 transcurrieron a principios de los ´80 (donde en realidad pasaron los primeros episodios de esta formación). Así planteado, hace muchísimo ruido la incorporación de Wonder Girl, que ya no cerraba por ningún lado, pero así lo hace todavía menos. La chica aparece de la nada y decide sumarse a un grupo conformado todo por sidekicks porque sí, y los ayuda a luchar contra Antithesis que tenía controlado a toda la Liga, como ya habíamos visto en el nº 53, de 1978. Sin Wonder Woman, falta un elemento integrador importante en el pasado de Donna, que si lo ignoramos no jode, pero cuando se lo quiere explicar no cierra de ninguna manera, como en este caso. Lo siguiente más o menos interesante, es que Perez, salda una deuda pendiente con los lectores de 1970 y modifica la salida de Robin del equipo tras el asesinato del Dr. Swenson en el nº 25 de la serie original. En aquel momento el personaje se fue para protagonizar sus propio back-up en Detective Comics, pero acá te cuentan que no se suma al equipo de Jupiter, tratando de resolver el crimen que le adjudicaron a los Titans y por el cual no podían volver a usar sus trajes y poderes. Así que, casi 20 años después, tenemos la resolución de esa historia, con el verdadero responsable y sus motivos, algo que había quedado sin resolver entre la partida de Bob Kanigher y el regreso de Bob Haney, sin olvidarnos que en el medio la serie también cambio de coordinador por su caída en las ventas.

Esta también es considerada la primera aparición post-Crisis, de Golden Eagle y Flamebird. El primero simplemente con un rediseño completo de su traje, que ya no aparece un afano al de Hawkman y Flamebird, la nueva versión de la Batgirl original, ahora rebautizada como Bette Kane (en lugar de Betty) y también con un rediseño de su traje mas acorde. Otra cosa que hace Perez es solucionar el tema de las varias identidades secretas de Mal Duncan. Acá las fusiona a todas en la de Herald, y deja fuera de continuidad su paso por las de Guardian y Hornblower, que habían durado menos que un pedo en una canasta. Además, su “cuerno de Gabriel” que utiliza como arma, va a ser fundamental en la resolución de esta historia.

Y ya que estamos, vayamos a eso: al final todo apunta a que quien acosaba a Dick, no era otro que Gargoyle un villano que debutó en el nº 14 de la primer revista, y que alrededor del 35 era encerrado en el Limbo por Mal. Acá te cuentan que en realidad Gargoyle siempre fue Brom Stikk (Mr.Twister), el primer rival de los Titans, que en algún momento fue mutado por Antithesis para vengarse tras su derrota. De esta forma, los dos villanos primigenios del equipo estuvieron por años macerando este plan, que incluía el cuerno de Mal para abrir portales, hasta que las condiciones estuvieron dadas para aplicar su venganza. Resta decir que gracias a la fuerza de voluntad de Dick y la intervención de Raven y Lilith, el plan no se pudo concretar y otra vez los héroes salieron airosos de la refriega.

Y como mencioné antes, el nº 56 de la serie regular podría considerarse una suerte de apéndice de este especial. En San Francisco, Sarah Charles (la novia de Cyborg) sale de con Mal y Karen, que le cuentan una historia de cuando formaron los Titans West, que es en realidad un recuento completo de la historia de Gnarrk, que ahora no es más un cavernícola traído del pasado por un viaje temporal de Mal y Kid Flash. En este nuevo origen, el personaje es impactado por un fragmento del mismo meteorito que le dio poderes a Vandal Savage e Inmortal Man, pero en su caso, se le incrusta en el pecho y le otorga poderes telepáticos, los que mantuvieron su mente activa todos los siglos que pasó congelado hasta ser descubierto por un grupo de científicos de STAR Labs y rescatado con ayuda de los Titans. Lo más interesante de este recuento de los hechos es que Gnarrk solo se vincula con Lilith de manera telepática, y muere de manera casi inmediata al salir de su suspensión de milenios, al ser bajado a tiros por la seguridad del laboratorio. Esta nueva versión, nunca llega a adaptarse al mundo moderno, ni a formar parte del equipo, ni tener una relación de años con Lilith, más allá del vínculo que forjan en este número. Este episodio es bastante particular por estar centrado en personajes que no son los protagonistas de la serie, lo cual seguro tiene que ver con que tiene plot de George Perez, con solo diálogos de Wolfman, y esta dibujado por Mark Bright con tintas del siempre presente Romeo Thangal, en el que es su último número en la serie.

Los siguientes tres episodios van a traer nuevamente a Wildebeest, el primero con la dupla de Perez y McLeod en el dibujo, a la que a partir del nº 58 se le van a sumar los lápices de Tom Grummet, porque Perez se va a encargar solo de la puesta en página. La parte argumental sigue a cargo de los creadores de la serie, con diálogos de Wolfman. La historia está bastante estirada al pedo. Los Titans son atacados por el villano y cuando consiguen capturarlo, resulta que bajo la máscara se encuentra Cyborg, que estaba desaparecido. Así es como se enteran que en la última reparación que le hicieron, algún científico le metió algo en su programación para controlarlo y no saben en quién pueden confiar dentro de STAR Labs. Esto pone en riesgo la vida de Vic, que tiene que ser intervenido, pero los Titans están llenos de dudas por todo lo sucedido, al tiempo que tratan de rastrear al verdadero Wildebeest. Al final, como era de esperar, Cyborg se salva, pero descubren que STAR tenía acceso a sus memorias y que era de donde el villano obtenía la información. Por otro lado, cuando el villano es capturado, cae en una especie de catatonia y queda hospitalizado en un psiquiátrico, tras una breve pelea con Jericho, que se encontraba dentro del cuerpo de Vic. A diferencia de otras veces en que todo parece apurado, acá se toman demasiado tiempo para contar algo que no lo justificaba.

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