Ya estamos en la previa a los festejos del décimo aniversario del relanzamiento de Marv Wolfman y George Pérez.

Teen Titans (parte 43)

29/01/2025

| Por Fede Velasco

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Los nºs 66 y 67 de New Titans (Mayo y Junio de 1990) marcan la despedida definitiva de George Perez de la serie y su colaboración con Marv Wolfman. Igual es importante decirlo, su “participación” es solo como co-plotter, es decir la nada misma. Y a mí se me ocurre (por desgracia no encontré información precisa al respecto) que es una idea que charlaron entre ambos autores en el momento que Perez se reincorporó a la serie para hacerlo más adelante y por eso su acreditación. No nos olvidemos, que el dibujante regresó con mucho ímpetu a la serie y dispuesto a quedarse un buen tiempo, pero otras obligaciones lo llevaron a solo poder realizar la saga de Troia y después de eso, tener algunas colaboraciones esporádicas. Pero esa no era la idea original.

Estos números tienen bastante similitud con un número protagonizado por Starfire en el que se enamoraba de un agente de HIVE puesto ahí para sacarle información, con la diferencia fundamental de que ahí el tipo se terminaba enamorando posta de Kory y se sacrificaba por ella. Mientras que acá la trama se torna mucho más oscura: reaparece un personaje que había aparecido brevemente en el nº 48, Eric Forrester, un chabón que se estaba haciendo unos estudios en STAR LAbs de San Francisco y se hacia el poronga con las chicas del equipo. Según parece de ese breve encuentro con Raven algo surgió y empezaron a cartearse, hasta que el muchacho tuvo que ir a New York por más estudios en STAR y ahí comenzaron a salir. La cuestión es que Forrester es una especie de androide que para no perder por completo su humanidad tiene que robarles el alma a otras personas con las que tiene relaciones sexuales, y descubre que el alma poderosa de Raven puede ponerle fin a su necesidad y satisfacerlo para toda su vida.

Asi que estos números giran en torno a eso: Raven super enamorada, el tipo que la juega de bueno para poder garchársela y los Titans, a los que toda la situación les resulta sospechosa. Se podría haber resuelto todo en un solo número y de forma más expeditiva, pero no está tan mal, y sirve mucho para la evolución de Raven, y su reencuentro con Arella, que es la que finalmente aparece para hacerla entrar en razón y salvarla de las garras de Forrester.

Estos números marcan también el fin de una era, no solo por la partida de Perez, sino porque se está aproximando el décimo aniversario de la serie y con el nº71, van a llegar varios cambios radicales, en los que Wolfman ya está laburando. Así es como los números que quedan hasta tal evento son un poco de relleno (lo que no quiere decir que sean malos, de hecho no lo son). Los siguientes dos números son muy entretenidos, pero están escritos por el matrimonio de Barbara y Karl Kesel, mientras que los dibujos corren por cuenta de Steve Erwin (no confundir con el cazador de cocodrilos) y enfrentan al equipo a una versión actualizada de la Royal Flush Gang.

Da toda la sensación que la idea de Barbara y Karl es volver a poner en el mapa al grupo de villanos de la Liga, que siempre fue bastante patético y con esta movida darles un poco de chapa. Los Titans están bastante de fondo y la historia gira en torno a cómo el grupo se reforma al ser convocado por “el Joker” (ya volvemos sobre las comillas) y en Danny Chase, que los infiltra en un intento de demostrarse capaz de desarticularlos él solo, cosa en la que falla horriblemente. Pero como decía, detrás de toda la movida de reformar al equipo, se encuentra el Gambler quien, haciéndoles creer que es el Joker, los incita a trabajar para él.

En esta encarnación tenemos por primera vez un Ace humano, en lugar del robot clásico de sus apariciones previas. King, por su parte se descubre como metahumano tras los eventos de Invasión, y no puede morir. Mientras queda tuerto y le reemplazan el ojo por un rayo láser. Queen y Ten, por su parte no sufren modificaciones, salvo porque Ten, en un tiempo que estuvo operando en solitario, entrenó a un grupo de pibes de la calle, para que sean sus esbirros y  es entre estos pibes que se cuela Danny Chase. El principal atractivo de estos numeritos es la interacción entre los miembros de la Royal Flush, cómo Gambler los manipula y el fracaso del plan de Danny. Los Titans tienen apenas una o dos secuencias cortas, que no involucren estar peleando contra los villanos, y se siente como una bocanada de aire fresco, el cambio de foco del arquito. Obviamente al final del día, los villanos fracasan, los héroes triunfan y Danny Chase se retira con el equino fatigado, pero promete volver para demostrarle a los Titanes que no debieron rajarlo del equipo.

Steve Erwin se queda como dibujante del nº 70, en el que vuelve a escribir Wolfman, pero con una historia que funciona más como nº 0 de la serie de Deathstroke (que va debutar el año siguiente) que otra cosa. En este número no hay aparición, ni mención de los Titans siquiera: es una aventura de Slade Wilson en San Miguel, un país inventado conocido como «la Sudáfrica de Latinoamérica», y la gracia de la historia es un poco esa.

Hay un líder político (muy parecido a Mandela) que fue metido en cana por el gobierno, pero el nuevo gobierno para evitar más levantamientos, lo pone en libertad y planea una alianza, que traiga paz en el país, y ponga fin al enfrentamiento entre el gobierno y los revolucionarios. Deathstroke es una pieza fundamental en la articulación de la liberación de Jorge Zaxtro y cuando se está por ir, le dicen que la vida del líder del pueblo está en riesgo y tiene que protegerlo porque su muerte va a generar otra vez un millón de quilombos en el país. La verdad que esta bastante bien el numerito, y marca bastante el ritmo de lo que puede llegar a ser la serie del mercenario. Acá no hay ni buenos ni malos, todo se mueve en una línea muy gris y las conspiraciones no siempre se originan donde uno lo sospecha. Un lindo episodio, pero que desentona bastante dentro de la serie, salvo por la idea de testear si prendía con los lectores… Algo que claramente sucedió, porque al año siguiente el mismo equipo creativo lanzaría el título en solitario del personaje.

Más o menos por esta altura, en realidad entre la salida del 69 y el 70, sale a la venta el Annual 6, que pone fin a todo el quilombo de Tamaran de una manera un poco pelotuda, pero con una historia que está por encima del nivel de los últimos, que habían sido directamente deplorables.

Escrita por Wolfman, la historia está dividida en tres capítulos dibujados respectivamente por Paris Cullins, Curt Swan y Tom Grindberg. Sin duda alguna, el primero es el mas copado de todos, ya que nos cuenta la historia de la otra princesa de Tamaran, Xyannis, la hermana de Karras, el marido de Starfire, y heredera del reino del sur, a la que sus padres antes de entregarla a la Citadela como hizo el rey Myand’r con Kory, deciden fingir su muerte y, al mejor estilo Superman, mandarla en una capsula al espacio, para que esté dando vueltas hasta que la ocupación termine y pueda regresar a su hogar. Obviamente, esto sale mal: En algún momento la nave es interceptada y la pobre niña termina vendida como esclava, para padecer una existencia, no sé si peor que la de Kory en la Citadela, pero muy alejada de la que sus padres pretendían. La cuestión es que al final es vendida a un contrabandista llamado Zorgan, ambos se enamoran, ella recupera su libertad y entre los dos se dedican a desvalijar a los capos del planeta en el que viven, lo cual hace que los busque medio mundo para hacerlos mierda. Es ahí que deciden rajar a Tamaran, arrastrando con ellos a sus perseguidores.

Sin duda todo lo que vive Xyannis es lo más interesante de todo el anual, pero a partir de su regreso a Tamaran se desdibuja por completo. El segundo capítulo nos muestra al planeta nuevamente en guerra contra estas fuerzas invasoras que en realidad quieren capturar a Zorgan y Xyannis, pero nadie lo sabe.

El conflicto escala y Komand’r no encuentra otra solución que mandar a llamar a su hermana para que los ayude a repeler la invasión. En la última parte, una vez que se sacaron de encima a los invasores, se enteran de las verdaderas intenciones de Xyannis, que quiere erigirse como gobernante del planeta y debe ser detenida. Todo termina con un duelo entre ella y su hermano, en el que mueren ambos, con lo cual se destraba cualquier vestigio de problema que pudiera tener Dick con Kory por estar casada, porque ahora enviudó. Aparte de esto, finalmente vemos la reconciliación entre Starfire y su hermana, que pone fin a otro conflicto de larga data. Por estos pequeños detalles este anual no debe pasar al más absoluto olvido como los anteriores, pero sigue sin estar al nivel de las buenas historias que supimos tener hace casi una década atrás.

(Muy pronto, una nueva entrega)

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