En Marzo llegará la tercera entrega de los Premios Cinder y Lauri Fernández ha quedado nominada en varias de las ternas por su trabajo “Turba. Memorias de Malvinas”, incluidas Mejor Obra Orientada a un Público Adulto, Mejor Guionista y Mejor Artista Integral. A 40 años de la Guerra de las Malvinas, el libro (publicado en 2022 por Hotel de las Ideas y con 150 páginas), aborda muchas de las heridas que aun hoy siguen abiertas en relación al tema.
Arranca el Capítulo 1 “Inmortal”, situado espacialmente en Buenos Aires y temporalmente en el año 2017, y vemos excavaciones de lo que parecen fosas comunes que poco a poco empiezan a introducirnos en una de las etapas más oscuras de la historia de nuestro país: la última dictadura cívico-militar. De repente, las viñetas nos hacen emigrar hacia el conflicto económico con los ingleses y los desencuentros políticos con Chile, para desembarcar en el conflicto por las Islas del Atlántico Sur…y termina por sumergirnos de lleno en la Guerra de Malvinas. En ese camino guiado hacia el corazón de la temática que abordará la historia, Lauri Fernández se hace presente explícitamente en las viñetas para conversar con un excombatiente de Malvinas, quien luego del conflicto bélico, señala que se sentía ‘inmortal’. Luego se incorpora a la conversación un tercer personaje, otro excombatiente, quien no demora ni un segundo en empezar a referirse a las miserias que vivió en las islas y recalca la importancia de que actualmente el servicio militar ya no sea obligatorio. Sin embargo, el primer excombatiente, pese a haberla pasado muy mal en la guerra, discrepa; defiende ‘la colimba’. Esa primera escena deja muy claro por dónde irá el trabajo de Fernández: mostrar diferentes puntos de vista para construir la realidad desde la complejidad.
A partir de allí, acompañaremos a la autora por un sinfín de situaciones, en las que el tema de la Guerra de Malvinas será la esencia, para llegar, inclusive, a acompañarla del otro lado del océano, al Reino Unido, por una beca de investigación. Lauri se debatirá entre irse o permanecer en Argentina, y entre quedarse con solo un punto de vista de los hechos o bien aventurarse a escuchar ‘otras campanas’ más allá de los límites territoriales de nuestro país. Para esto, la historia nos llevará a través de múltiples entrevistas y charlas con excombatientes, tanto argentinos como ingleses, contadas de una manera muy directa, a modo de crónica. Poco a poco, comenzaremos a explorar y a profundizar en las vivencias y en las percepciones de los dos bandos que, en los ´80, se construyeron y se definieron como contrarios y enemigos. Al mismo tiempo y a lo largo de las diferentes situaciones que vivirá Fernández y las conversaciones que entablará con quienes se cruzarán en su camino, en forma mixturada, profundizaremos en el significado político que tuvo la guerra, tanto para Argentina como para el Reino Unido, así como las vivencias posteriores de las familias de quienes perdieron a sus seres queridos en las islas.
Fernández se propone contar una historia muy sincera y cercana, y a partir de un lenguaje gráfico honesto, en el que relata los hechos tal cual los vivió y los experimentó a modo de una crónica documental que aporta a la memoria colectiva. En este sentido, al introducir la perspectiva casi ‘naturalista’ de los hechos, la autora reactualiza el tema de Malvinas para hacer de la guerra no solamente una cuestión netamente bélica, sino política, económica, social y cultural, pero principalmente emocional y psicológicamente compleja para todos y para todas. A medida que avanzamos en la historia, a lo largo de las entrevistas y principalmente a través de lo que le acontece a la misma Fernández en su investigación, nos acercaremos a la cotidianeidad de la autora y a cómo los protagonistas y sus familias vivieron la guerra, lo que hará que el lector y la lectora deje de percibir el tema de Malvinas como algo ajeno y lejano para volverse cercano y definitivamente propio lo hará sentirse parte de una historia que influye hasta hoy, en nuestro presente.
En un tono que recuerda a una crónica de viaje, en la que la autora se topa con diversas fuentes, personajes y situaciones, en cada capítulo, la novela gráfica de Fernández, presenta una pequeña historia que se une al ‘todo’ que supone la novela gráfica en sí misma. Al respecto, cada uno de los capítulos, agregará información que permitirá al lector y a la lectora completar la historia para construir un juicio de valor sobre el tema sustentado en el mismo relato. Dentro de la propuesta, la presencia de la misma autora en las viñetas resulta determinante para involucrar al lector y a la lectora en el relato y comprometerlo/a con la historia. Probablemente será la presencia de Fernández, como un personaje central a lo largo de todo el relato a modo de hilo conductor, así como la ilustración de los paisajes y espacios que visitó la autora en forma bastante fidedigna, lo que le otorgará el tono ‘naturalista’ a la novela gráfica para comprometer socialmente a quien se aventura en la crónica gráfica de Turba.
Con una paleta de colores suaves -casi pasteles- bastante versátil que se modifica en función de las situaciones que vive y propone la autora, a través de la pincelada analógica de la acuarela, del dibujo automático y de permitirse recuperar la calidez de la mancha como algo inherente dentro del género de la historieta, Turba maneja temporalidades diversas que nos retrotraen a un diario de viaje con un ritmo de lectura muy dinámico y orgánico que hará que el lector y la lectora no pueda desprenderse de la hoja hasta el final.
Más allá de la propuesta estética y del planteo narrativo, probablemente lo más destacado de Turba sea la propuesta de escaparle a las explicaciones simplistas de los hechos para exponer matices de lo acontecido, argumentos y contraargumentos que construidos por el lector y la lectora, pueden llegar a llevar a nuevos cuestionamientos relacionados al tema y a complejizar la realidad. Al mostrar y visibilizar cómo las pequeñas narraciones de los protagonistas desde la memoria individual pueden constituir una gran historia, Turba nos demuestra que con este tipo de trabajos e investigaciones es viable aportar a la memoria colectiva y hacernos responsables por el futuro que queremos forjar como sociedad.