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NOTAS

Federico Reggiani

En un guion de historieta, lo “escrito” se concentra en los diálogos. Uno tiene que escuchar la voz del personaje, y conseguir que el lector la escuche en su cabeza.
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Viernes 17 de mayo

Escribir historietas es una actividad bastante rara. Sobre todo, es muy distinta de escribir cualquier otra cosa. Literatura, ensayos o notas burocráticas, que es lo que suelo escribir habitualmente (una vez sola intenté un guion de cine, y básicamente me copié la estructura del guion de Nothing Hill, no tengo mucho para decir al respecto).

En principio, en un guion de historieta no existe el problema de la lengua, el problema de la prosa. O, por lo menos, el problema de la lengua del narrador. Sí, ya sé: hay historietas con texto en cartuchos, eso es prosa, pero: por alguna razón misteriosa, puedo leer novelas de 6000 páginas pero tiendo a saltearme los textos largos en las historietas. También los de Alan Moore, no insistan. A vos tampoco te voy a leer, Gaiman. Y me da vergüenza —sí, vergüenza— escribir textos largos en mis historietas. Acabo de minar las posibilidades de que me encarguen una nueva versión de Nippur de Lagash. Eso hace que no se me presenten cuestiones que me parecen las fundamentales cuando escribo literatura (o notas burocráticas): el fraseo, la elección de las palabras, el ritmo de la prosa.

En un guion de historieta, lo “escrito” se concentra en los diálogos, y ahí manda el personaje. Uno tiene que escuchar esa voz, y conseguir que el lector la escuche en su cabeza. Y, curiosamente, eso no tiene nada que ver con lo coloquial en la vida diaria. Si grabara a gente hablando, el resultado serían diálogos farragosos, confusos, llenos de interjecciones, repeticiones, muletillas y frases truncas. Vi por ahí historietas “habladas” así, y no me gustan nada. Hay que inventar una escritura que parezca coloquial aunque nadie hable así en la realidad, y ese “hablar” de los personajes es sobre todo una cuestión de ritmos. Ritmo en la frase (muchas veces los personajes terminan hablando de cualquier cosa, da lo mismo) y ritmo en relación con la sucesión de cuadros.

Conversación típica que tengo conmigo mismo:
—Acá el personaje tiene que decir algo trascendental.

—Pero la secuencia pide algo cortito, dos sílabas a lo sumo.

—Listo, lo hago decir “culo”.

Dejando de lado la idea de “escribir” como poner una palabra detrás de la otra, se supone que “escribir” una historieta es también construir la trama, generar suspenso, conducir acontecimientos hacia un final. Pero acá también mi experiencia es un poco rara. Tiene que ver con que casi todos los guiones que escribí los escribí para dibujantes amigos. Sobre todo, Autobiógrafo con Fran López y muchísimas cosas con Ángel Mosquito. Y en ambos casos —quizás, con Mosquito, a su pesar— tiendo a improvisar. Planifico lo mínimo, las historias ocurren. Eso puede ser un poco angustiante cuando voy por la mitad de un libro y no tengo la más remota idea de hacia dónde voy, porque detesto los finales fallidos y los cabos sueltos. No me gustan nada las historias que terminan en cualquier lado —salvo que las escriba César Aira, y lamentablemente no soy César Aira— pero el único modo en que puedo contar un relato es acumulando acciones hasta que, milagrosamente a veces, toma forma solo.

Tengo la ventaja haber trabajado mucho con dos narradores brillantes como Fran y Mosquito, y con estilos muy diferentes, además. Eso implica que cuando llega el guion dibujado, hay mil detalles en los que no había pensado (imágenes, ritmos, acentos) que sirven para impulsar lo que sigue. Siempre digo que escribir una historieta es inventar una persona que no es ni el guionista ni el dibujante (y eso, aunque guionista y dibujante sean la misma “persona de existencia real”).

El último artefacto que nos inventamos con Mosquito (Roque & Gervasio, pioneros del espacio) es un poco el resumen de todo esto. Queremos ir a toda velocidad y descubrir en el camino qué es lo que vamos a contar: es como explorar planetas desconocidos. Lo más parecido a ser pioneros del espacio que la realidad nos permite.