Tanto en el MCU como en el papel, Wanda Maximoff es un personaje que no solo supo hacerse un lugar enorme y llamativo en el universo que habita: supo además atravesarlo transversal y longitudinalmente por distintas aristas y desde distintos ángulos, lo que le aseguró un espacio en el podio de los personajes más melodramáticos de Marvel. Su comienzo, como todos bien sabemos, fue como una villana de la primera encarnación de los X-Men, y desde ahí en adelante cambió de bando, fue mutante, miembro de los Avengers, hija de uno de los villanos más peligrosos de los mutantes, se casó con un sintezoide y tuvo gemelos con él (?), los cuales le fueron arrebatados, y hasta perdió la memoria de que alguna vez fue madre solo para recuperarla un tiempo después y modificar toda la realidad, consecuencia de una psiquis fragmentada. Y esto es solo un paneo rápido de una biografía extensa y compleja que incluye, por supuesto, muertes y resurrecciones, medias hermanas mutantes de la categoría de Polaris y mentoras del nivel de Agatha Harkness, u otros amantes ocasionales como Doctor Doom y Wonder Man. Y por encima de todo esto, que no es poco, Wanda es además una bruja, con la carga que eso significa.
Para retomar una serie regular de la hechicera más importante de Marvel, la editora Alanna Smith ficha a una estrella de la competencia: Steve Orlando, el cual abrazando cada fragmento de la historia del personaje y cada vínculo que alguna vez tuvo con algún personaje relevante de la mitología de Marvel Comics. Esto, lejos de espantar a cualquier lector novato, logra enriquecer el relato y posicionar a este proyecto como una de las mejores colecciones que produjo esta editorial en el último año.
El relato se encuadra en Lotkill, un pequeño poblado ubicado en el estado de New York que desde su cartel de entrada se nos presenta como «un gran lugar donde empezar de nuevo». Allí, nuestra heroína gestiona una suerte de tienda de antigüedades llamada Emporium, además de vender pociones, ungüentos y especias varias para solucionar circunstanciales pesares es el habitat de la última puerta, un enclave que funciona como un pórtico interdimensional al que acuden criaturas desesperadas y desesperanzadas. Wanda atiende al que traspasa esta puerta y lo invita a tomar el té mientras deja fluir el diálogo para conocer los pormenores de la existencia de este ser, y así poder encaminar su trabajo, el cual funciona como una suerte de redención para nuestra protagonista, que busca balancear la cantidad de daño que hizo en el pasado.
Para ayudarla con esta enorme encomienda conoceremos a la picante Darcy Lewis, un personaje que se nos figura ya conocido por su encarnación en el MCU desde su debut en el film Thor (2011) y que acá se incorpora finalmente al universo Marvel en la Tierra 616. Si bien sigue siendo una «asistente» de la protagonista, a diferencia del rol que tuvo en su encarnación inicial fuertemente relacionado con la ciencia, Orlando la utiliza para pinchar un poco a Wanda cada tanto y ponerla contra una esquina, obligada a repensar su lugar en el mundo. De todos modos, conforme van pasando los números, Darcy comienza a conocer de forma más intensa no solamente el tipo de persona que es Wanda sino también lo complejo que se volvió su existencia, con una hija política sintezoide que no se puede recuperar aún del trauma de haber perdido a su hermano y a su madre en cuestión de días, con un hijo que vive a años luz de la tierra, junto a su amante, el emperador del imperio Krre-Skrull, con un hermano velocista celoso e intenso y con el clon de su padre muerto que deambula por nuestra existencia con los poderes de un Dios… La conclusión a la que muy pronto llegará Darcy es la evidente: aún con la magia a su favor, no es fácil ser Wanda.
Uno de los picos de la serie hasta el momento se dará en el número en el cual el invitado sea el dios nórdico de la mentira, una aventura que funciona como un puente con otro de los grandes títulos que tiene en este momento Marvel Comics: Immortal Thor, la flamante serie de Al Ewing con dibujos del uruguayo Martín Cóccolo que está dando de comer a un montón de divulgadores del medio. En dicha aventura, Wanda se las ingenia para tener un mano a mano con Loki, en el que. ninguno podrá faltar a la verdad durante al menos una hora, y dicha limitación entregará uno de los recorridos más interesantes de las biografías de cada personaje. Y acá quiero señalar algo que no por obvio hay que dejarlo pasar: tanto Wanda como Loki han tenido un tratamiento preferencial dentro del MCU, sobre todo los últimos años, en los cuales ambos personajes llegaron a recibir incluso series propias en la plataforma Disney Plus. En el caso de Scarlet Witch, el show se transformó en todo un evento del cual aún se habla al día de hoy, y algo parecido ocurrió con Loki Laufeyson pero por duplicado. Aún cuando el guionista de este comic decide involucrar en las aventuras de Wanda a uno de los pocos personajes que forma parte de la factoría del MCU, de todos modos (a diferencia de lo que sucedió otras veces) la exposición del personaje en su versión de carne y hueso no afectó la construcción y sobre todo el camino recorrido que tiene el mismo en el papel. De hecho aún cuando a ambos personajes (el caracterizado por la actriz Elizabeth Olsen y el que nos reúne en esta sección) puedan haber tenido caminos levemente parecidos, los diálogos y el accionar son significativamente distintos.
La prueba de esto es uno de los primeros números, en el cual la protagonista es interpelada por un personaje que viene de un reino circunscripto en el sub-género de Fantasía Heroica, y de repente la aventura pasa a ser narrada por ilustraciones de página completa que van acompañadas de cajas de texto, como suele ser común en libros ilustrados del género fantástico. Tanto desde lo narrativo como desde lo resolutivo en el accionar de Wanda, queda claro la distancia que hay entre ambas versiones.
Por supuesto, parte de la magia de esta serie recae en los brazos de la fenomenal Sara Pichelli, dibujante que carga en su curriculum con la chapa de ser una de las co-creadoras de Miles Morales, ni más ni menos. La vivacidad y frescura de estas aventuras le pertenecen completamente, y la expresividad de sus personajes (sobre todo cuando dialogan entre ellos) es una característica del arte de esta serie que no me alcanza el espacio para elogiar correctamente. El mejor ejemplo de esto es Darcy Lewis, un personaje que para el inconsciente colectivo tiene las formas y las mañas de la actriz Kat Dennings pero que Sara no tarda mucho en replantear, sin que por eso el «nuevo» diseño se aleje kilómetros de lo que vimos en su versión de carne y hueso. Cada nuevo elemento introducido en la serie pasa a ser rápidamente apropiado por la artista y encaja perfectamente con el universo en desarrollo, y así y todo no deja de evocar ni sus orígenes ni las circunstancias por las cuales fue interpelado por Wanda.
Para cerrar esta reseña, dos detalles más exquisitos que me parece que terminan de construir una serie que te premia por aguantar la parada mes a mes: el correo de lectores se llama Scarlet Letters, una referencia directa a la obra cumbre de Nathaniel Hawthorne, su novela de 1850 que relata los pesares que tiene que soportar la protagonista del libro por concebir una hija con un hombre con el cual no estaba casada. Y luego del correo tenemos una página dedicada a, justamente, una nota, una carta, una esquela escrita por algún personaje y que tiene como destinataria la mismísima Wanda, que funciona como un anticipo de lo que estamos por leer el mes que viene. Ninguna de las dos cosas que acabo de mencionar es una genialidad inédita en la historia del comic, entiendo eso, pero son detalles que dan cuenta de lo cuidada que está la colección y el cariño que le ponen no solo el guionista sino también los dibujantes involucrados, el departamento de diseño y también la editora. A diferencia de lo que pasaba en otras épocas, tanto acá como en EEUU, seguir mes a mes una serie regular tiene un costo que dejó de ser despreciable, razón por la cual cada vez importan más los elementos extras que se entregan número a número.
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