Maldito Mainstream

Wacky Raceland es la adaptación mas jugada de las cuatro series clásicas, es la que más elementos nuevos y cambios ha incorporado.

Wacky Raceland

16/09/2016

| Por Matías Depettris

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stl010832Disney podrá tener a Pixar, a Star Wars y a Marvel Comics, pero Warner tiene las licencias de Hanna-Barbera Productions para poder explotar como se le cante, y eso en nuestro país hace una diferencia enorme. Para aquellos que estamos entre la franja de los 25-45 años, los dibujos animados producidos por William Hanna y Joseph Barbera forman parte de nuestra memorabilia infantil, y lo lograron a base de una masiva sobreexposición de sus decenas de licencias animadas en infinidad de canales. La lista es enorme: Los Picapiedras, el Oso Yogi, Scooby-Doo, Los Supersónicos, Los Gobots e incluso Los Pitufos, que si bien fueron creados por Pierre «Peyo» Culliford para el mercado de historietas de Bélgica, la versión animada por la cual muchos de nosotros tomamos contacto por primera vez con estos personajes está producida por este estudio.

Este año DC Comics (que está pasando por un muy buen momento apostando a cambiar y renovar muchas de sus líneas de comics con bastante buen ojo crítico y editorial), nos presentó, para sorpresa de todos, un relanzamiento de cuatro de estas franquicias en comics, en las que las mismas son re-imaginadas y dotadas de elementos frescos e innovadores, para que resulten atractivas para el lector novel que quizás jamás tuvo contacto con ellas en la televisión. Pero, a su vez, esta apuesta resulta sumamente atractiva para nosotros, para quienes sí consumimos estos personajes décadas atrás, porque somos quienes vamos a poder comparar y criticar los cambios, y entender los guiños escondidos.

wackyraceland%282016-%29001-018Las series lanzadas fueron Scooby Apocalypse, Future Quest, The Flintstones, y la que elijo reseñar este mes en Maldito Mainstream: Wacky Raceland, comic inspirado en el cartoon Wacky Races, que en nuestro país fue conocido como “Los Autos Locos”, serie regular escrita por Ken Pontac con el arte del coterráneo Leonardo Manco. ¿Y quién carajo es este Ken Pontac al que le acercan este proyecto? Bueno, los que tiene una memoria de elefante quizás lleguen a acordarse de los Happy Tree Friends, una serie de cortos animados en flash de principios de siglo que tenía un humor negro y una violencia extrema… Pontac colaboró con guiones para esta serie, y es escritor habitual de shows para las señales infantiles ToddWorld y LazyTown.

Mi elección está motivada principalmente por dos motivos: el primero de ellos, Wacky Raceland es la adaptación mas jugada de las cuatro series, es en la que más elementos nuevos se han incorporado y la que tiene los cambios más notables en las características físicas de los personajes. El segundo motivo es Leonardo, por supuesto: su arte en este comic no sólo no tiene desperdicio, probablemente sea uno de los desafíos más grandes que tuvo en toda su carrera. La cantidad de elementos que tuvo que re-imaginar y diseñar es enorme, y a medida que avanza el comic demuestra tenerla clarísima con cada uno de los vehículos utilizados, mostrándolos desde diferentes perspectivas y en un sinfín de situaciones una más delirante que la otra. No me cabe la más mínima duda que para llevar adelante este proyecto, Manco tuvo que diseñar en 3D uno por uno cada uno de los vehículos con sus detalles, y dibuja esta serie con una guía pegada al lado del tablero, y apenas tenga oportunidad de cruzármelo en algún evento lo voy a atosigar con preguntas sobre cómo pudo resolver ciertas escenas aún con las estructuras de los automóviles a mano.

wacky-raceland-2016-double-truckPara los que jamás vieron un sólo capítulo de Los Autos Locos, el cartoon narraba las aventuras de una serie de corredores bastante exóticos, cada uno de ellos con un vehículo muy especial con características únicas, competencia que era presentada y narrada por un locutor, el cual a medida que la serie avanza se transforma en un personaje más, que incluso algunas veces rompía la cuarta pared para interactuar con los personajes.

image-51-600x485La remake de este dibujo animado conserva prácticamente todos los elementos de la obra original: en un futuro post-apocalíptico que le debe toda su estética a la franquicia fílmica del Mad Max de George Miller, damos cuenta de la existencia de un “locutor” de voz femenina que se presenta ante cada uno de los futuros jugadores como una eminencia omnipresente con facultades extraordinarias entre las cuales se cuenta la capacidad de alterar y modificar vehículos y dotarlos de una Inteligencia Artificial. Este ser espléndido organiza un evento infernal en la cual competirán 11 vehículos, y el ganador de una serie de carreras obtendrá, entre otras cosas, un lugar en Utopia, el último bastión de la civilización humana, un paraíso que pudo sobrevivir al armagedón y ha podido mantenerse en pie completamente aislado de las zonas desérticas, lagos radiactivos, tormentas de polvo nanotecnológico, mutantes y caníbales con los que deberán lidiar los competidores.

wacky-raceland-ins2-650Wacky Raceland es porno para el amante del género ciberpunk gracias a un trabajo exquisito de Leonardo Manco, el alma de la serie. No quiero decir con esto que el trabajo de Pontac sea menor, pero -si hubiera algo de justicia en este mundo- este comic con un dibujante de la B no debería pasar del segundo número. Hicieron un esfuerzo enorme, ambos autores, por trasladar la mayor cantidad de elementos del cartoon original, y solo eso es digno de aplausos. Allí están el Mean Machine doble cero conducido por Dick Dastardly y su perro cyborg Muttley (que acá conocimos como Pierre Nodoyuna y Patán, respectivamente), el Compact Pussycat conducido por Penelope Pitstop, que acá conservaba el mismo nombre pero el apellido era “Glamour”, el Convert-a-car del Professor Pat Pending (el profesor Locovich), el Crimson Haybailer manejado por The Red Max (el Barón Hans Fritz) y el resto de los personajes y vehículos, todos y cada uno de ellos con una puesta al día interesante tanto en el desarrollo del personaje como en lo estético, estableciendo nuevas relaciones y por momentos sorprendiendo al lector con algunas relevaciones de sus pasados que justifican sus turbulentos presentes. Poco a poco, Pontac y Manco nos van mostrando pinceladas en forma de flashback de las vidas de los participantes antes del apocalipsis, y el momento en el cual esta eminencia entra en sus vidas y les ofrece el tentador reto.

wacky-raceland-dc-comic-book-reviewEl nivel de acción es enorme y es el verdadero protagonista de la serie gracias, entre otras cosas, a la puesta en página que nos presenta Manco en cada página, la cual habla de un dibujante profesional con años de carrera encima que ofrece una narrativa fresca, dinámica y absolutamente desestructurada que acompaña el caos en el que está inmerso este mundo. Las incertidumbres que podemos tener como lectores en el primer número al enfrentarnos a más de 14 personajes que nos resultan completamente desconocidos y que a duras penas registramos luego de esas 20 y pico de páginas iniciales se van a ir diluyendo a medida que avanza la serie, y ya para el tercer número la lectura de Wacky Raceland comienza a fluir de manera mucho más natural, y así el espectáculo se deja disfrutar sin problemas. Si veo que la recepción de esta serie y esta franquicia es positiva, el mes que viene dedicaré esta sección a Future Quest.

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