Bienvenidos a la sección que se pasea por la prolífica y asombrosa década de los ‘80s para desempolvar las joyas de una inmensa corona o descubrir los bofes más recalcitrantes que se produjeron en el mercado de los superhéroes yankis. En estas expediciones cuasi-arqueológicas indagamos revistas, libros o el formato que fuere, publicados entre Enero de 1980 y Diciembre de 1989, para ver quiénes brindaron su arte y cómo se desarrollaban las aventuras en ese período.
- Título: Cosmic Odyssey
- Editorial: DC Comics.
- Formato: 4 prestiges de 48 páginas.
- Período: 1988.
- Autores: Jim Starlin, Mike Mignola.
Informe: Sin dudas la mejor saga cósmica del DCU de la década, con un Mignola prendido fuego (gran trabajo en tintas de Carlos Garzón, con un Steve Oliff que suma puntos en los colores y un rotulado de John Workman que mejora el producto final) y un Jim Starlin en uno de sus mejores trabajos, de esos que justifican la chapa de este artista integral. Originalmente se publicó como cuatro prestiges de 48 páginas a $3.50 c/u y ya en 1992 estaba el trade-paperback que compila toda la aventura en un hermoso tomo de 200 páginas. La idea base es muy buena –principalmente como excusa para meter a personajes vendedores de la compañía en una aventura cósmica- y bebe de la inagotable fuente de imaginación de Jack Kirby y su Cuarto Mundo.
Cuando en el libro uno, ‘Discovery’, Darkseid encuentra a un Metron catatónico y se alía con Highfather, uno ya supone que se avecina una catástrofe. Y está en juego la existencia de la Vía Láctea en su totalidad, en una pulseada entre la Vida y la Muerte. Ese concepto tan fumado que tiró Kirby de “la Ecuación de la Anti-Vida”, que nunca fue explicado ni aprovechado del todo, vuelve a escena. Desde Nueva Génesis reclutan a superhéroes de la Tierra para que se sumen al plan de Darkseid y enfrenten a la Anti-Life Equation. Por supuesto, los elegidos no responden a los seres más poderosos del planeta –de nuevo, como el Monitor en Crisis, el que elige a los protagonistas lo hace mirando cifras de ventas,- y así viajan (vía tubo boom) Superman, el Martian Manhunter, John Stewart, Batman y Starfire junto a un viejito conocido como Mr. Blood. Allí J’onn J’onzz le lee la mente a Metron y descubren que la Ecuación de la Anti Vida es un ser vivo –valga la paradoja- y cuatro aspectos de ella entraron a nuestra dimensión y si logran destruir dos de cuatro planetas, toda la galaxia se desplomará creando un portal para que esta entidad cósmica penetre y se morfe todo. Los héroes se separan en grupos y van a los cuatro destinos: Superman y Orion a Thanagar, Starfire y Lightray a Rann, el Marciano y el Green Lantern a Xanshi y Batman y el Forager de la Legión de Insectos a la Tierra. ¿Estás seguro de que éste es un buen plan, Darkseid? ¿Batman y el Forager? Por otro lado, para cerrar el paso de la A.L.E. el avejentado Jason Blood deberá reunirse con la criatura con la que compartió cuerpo durante siglos, Etrigan. Y Batman, único que desconfía de Darkseid, pide ayuda por teléfono a alguien capaz de poner orden.
El libro dos se titula ‘Disaster’ y claramente las cosas no se van a ver bien. En Thanagar, el Aspecto de la Anti Vida controla las mentes de los ejércitos locales para que destruyan a los dos héroes; en Rann genera una locura masiva y Starfire con Lightray encuentran a Adam Strange. En la Tierra, Batman descifra que el Aspecto usará las computadoras para lanzar la bomba y le pide a Alfred que le haga un traje nuevo al Forager. Lo terrible pasa en Xanshi, un planeta creado por el guionista Bob Toomey para un back-up de 1980 de los Tales of the Green Lantern Corps, donde el A.A.V. se manifiesta como una plaga mortal que afecta a todo el planeta. Un arrogante y canchero John Stewart que hacía no mucho era apenas un Green Lantern suplente sin mucha personalidad, se desliga del Martian Manhunter porque no puede bancársela contra toda la furia de un planeta. Él está convencido de que con su anillo puede deshacerse de la bomba pero cuando llega, ésta es de color amarillo y su poder no sirve. No se le ocurre más que llorar y el mundo se destruye. La estrella cercana implosiona y la Anti Vida se anota un punto. Mientras, Darkseid convence a Jason Blood de la necesidad de cerrar el paso de la Anti-Life Equation con la magia de Etrigan y se vuelven a fundir en un solo cuerpo. Highfather se da cuenta de que algo está mal cuando su rival desaparece con el Demonio, pero aparece alguien enviado por Batman y le dice que está bien, que es necesario dejar que Darkseid intente su movida.
Ya para el tercer tomo ‘Decisions’, todos saben del fracaso de John Stewart y no hay más changüí. Si fallan en frenar otra bomba, se acaba la vida como la conocemos. En un ida y vuelta trepidante entre mundos, descubrimos que en Rann el Anti-Life Aspect es un ser protoplasmático cambia-formas que vence a Adam Strange y se saca de encima a los otros dos como moscas. En Thanagar, mientras Superman pelea con el A.L.A. bajo la forma de un poderosísimo robot, Orion se carga a centenares de militares alados. Cuando el kryptoniano gana y desarma la bomba, vuelve y ve la masacre de inocentes controlados que hizo el hijo de Darkseid, se pone del culo y lo surte de una trompada. Orion se vuelve, pero Supes se queda a enterrar caídos. De nuevo en la Tierra, Batman y el Forager siguen pistas hasta Moosejaw, Arizona, donde encuentran la bomba en poder de un policía de Gotham con dos semanas de muerto y un parademon al que Bats se cargó en el tomo Uno. El cana es un robot y el otro tiene parte del Aspecto de la Anti Vida dentro. La pelea es cruel, y Batman y el Bicho cobran de lo lindo. Mientras, en una dimensión que une a la nuestra con la de la Anti Vida, Darkseid utiliza a Demon para intentar esclavizar a esa entidad viviente, pero, por supuesto, es demasiado poder y no lo logra. Más bien, todo lo contrario. En Rann, cuando todo parece perdido, Starfire usa su inteligencia y le demuestra a Lightray que es un boludo. Ella vence al Aspecto protoplasmático y salva al planeta. Ahora todo depende de Batman y el Forager… la puta madre, ¿quién armó los grupos?
‘Death’ es el tomo cuatro y la palabra que más se asocia con Starlin. Hay mucho en juego, alguien va a morir. Cuando Darkseid y Etrigan están por ser aniquilados por la A.L.E., se revela el jugador que metió Batman en la cancha: Doctor Fate. Junto a Highfather y Orion se materializan en esa dimensión, salvan a los ‘compañeros de aventura’ y se enfrentan a la Anti-Life Equation. En Arizona, Batman cobra de lo lindo, la bomba está a segundos de estallar y el Forager saca chapa, se sacrifica para destruir al enemigo y neutralizar la amenaza. En la lotería Starlin de la Muerte, el más pedorro sacó el número «ganador». Falta cerrar el combate contra la Ecuación de la Anti-Vida y entonces, bajo las órdenes de Nabu, los cinco forman un Pentágono de Poder Cósmico y aniquilan la totalidad de la dimensión como para que la entidad de Anti-Vida no pueda volver nunca más. Explosión, volvemos a New Genesis. Darkseid está recaliente pero como todos los héroes lo están esperando, mete violín en bolsa y se va sin que lo vean. Cuando Batman regresa con el cuerpo del Forager, Orion hace un comentario sobre “el Bicho” y Batman lo surte de un sopapo. Parece que a Starlin no le caía muy bien Orion. Para terminar, Darkseid se choreó la Anti-Vida que consiguieron los que desactivaron las bombas y promete futuras aventuras, mientras que Highfather obliga a ‘su hijo’ a acompañar el cadáver del Forager a su mundo para aprender humildad. Fin. Grosso. Ahora bien… Aunque quedó en continuidad el fracaso de John y la unión de Demon, la Anti-Vida nunca volvió en ninguna forma, nadie recuerda la muerte del Bug, Starfire jamás se hizo cargo de haber estado en una aventura así, etcétera. Es decir, los editores y guionistas de DC no le dieron mucha bola a esta majestuosa Odisea Cósmica. Una pena.