¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

NOTAS

Supreme

En 1996, Alan Moore se hizo cargo de un triste clon de Superman "creado" por Rob Liefeld y lo convirtió en un homenaje brillante al superhéroe más grande de la historia.
|
Viernes 28 de noviembre, 2025

Posiblemente la mejor etapa de Superman publicada en los ´90 ni siquiera es realmente de Superman, sino de Supreme, el personaje homólogo creado por Rob Liefeld. A partir del nº 41 de su serie (más o menos) mensual, Supreme comenzó a ser escrito por Alan Moore, mítico autor de -entre otras tantas obras inolvidables- dos de las más clásicas y celebradas historias del Hombre de Acero: “For the man who has everything” y “Whatever happened to the Man of Tomorrow?”

Al igual que hiciera en aquellas, esta vez Moore celebra el legado del mayor de los superhéroes, solo que lo hace a través de la versión de Liefeld. No deja de ser claramente obvia la intención de Moore de  valerse de Supreme y su entorno para homenajear varios de los elementos clásicos de Superman a lo largo de sus primeras tres décadas (los ´40, ´50 y '60), principalmente.

Este es un comic atípico para los que están acostumbrados a asociar el nombre de Alan Moore con otro tipo de contenidos. Normalmente se suele enumerar entre las grandes favoritas a sus obras de contenidos más oscuros y deconstructivistas. Esta obra, más bien apunta en la dirección opuesta: Supreme reivindica los elementos más coloridos, imaginativos y aventureros de la mitología superheroica, con referencias a elementos de las edades de oro y de plata tanto de Superman como de los comics estadounidenses en general. Incluso hasta llega a realizar una historia que combina brillantemente un homenaje a los personajes anfitriones de los comics de terror de la E.C. con los Allies (stand-ins de la Justice Society). Hasta se da el gusto de volver a pegarle al Dr. Wertham en un cuadrito, como ya lo hiciera anteriormente en Watchmen (supongo que todos recordarán la muerte del Nite Owl original, autor de “Under the Hood”, obvia referencia a “Seduction of the Innocent",  asesinado por delincuentes juveniles).

Moore es acompañado por dibujantes como Chris Sprouse (frecuente colaborador, a quien también se verá mucho en la línea ABC Comics), Joe Bennett, Rick Veicht, Dan Jurgens y Norm Rapmund, entre otros que realizan algún que otro aporte ocasional. Algunos episodios, como los de Suprema (la Supergirl de Supreme) logran emular el estilo artístico de las primeras apariciones de Supergirl en los ´60, lo que contribuye de manera muy eficaz a vender la idea de que la mitología del personaje se remonta realmente a las épocas a las que remite.

Las referencias son innumerables, y no se terminan solo en relación al propio Superman. Por ejemplo, al comienzo del primer episodio de Moore, en el nº 41, Supreme es conducido por otros Supremes a “The Supremacy”, que tranquilamente se lo podría tomar como una versión tanto de New Genesis (o Super Town, como se la llamó en el nº1 de Forever People), como el Outworld donde se reunían las distintas versiones de Captain Britain. Posiblemente, hasta sea una suerte de combinación de ambos conceptos. A la par de todo esto, Moore juega con la idea de que cada uno de los distintos Supreme fueron en algún momento, el único Supreme, y fueron descartados como parte del revisionismo. De hecho, postula que el protagonista y actual Supreme está en proceso de vivir a través de un revisionismo, durante el cual los recuerdos de su pasado van a ir surgiendo a medida que avanzan las historias. Que es básicamente como ocurre siempre con los personajes de comics, solo que en este caso, Supreme es consciente de que esto está ocurriendo.

Semejante ejercicio intelectual forma parte del mismo contexto en el que ocurren todas las situaciones que remiten a historias clásicas de la Silver Age, como el momento en que Superman es reclutado por la Legion of Superheroes (en este caso, League of Infinity), o el enfrentamiento con un “Supremium Man” (una versión de Kryptonite Man), con lo cual todas esas historias de esta pseudo-Silver Age atrapan muchísimo, aún a pesar de que Moore llega al extremo de emular incluso el estilo de los diálogos de la época. A mí me divierte, pero sé que muchos lectores no lo soportan. Pero acá es totalmente intencional, y se nota.

Moore parece divertirse de manera genuina con Supreme, y hasta llegué a imaginar que posiblemente, así podría haber sido Superman de haber sido el Mago de Northampton y no John Byrne quien lo relanzara después de Crisis. De todos modos, aún si ese fuera el caso, no creo que le hubieran permitido hacer ni la mitad de lo que hace acá, ya que en aquel momento DC quería a un único Superman, sin Supergirl, sin múltiples versiones de otros universos (de hecho, se había descartado la idea de múltiples universos), y demás elementos que Moore utiliza en esta serie.

La etapa de Moore en el título mensual de Supreme se corta en el nº 56, en medio de una historia que queda inconclusa. La continuación vendría años después, en 2000, en una miniserie titulada “Supreme: The Return”, que tras seis números se ve interrumpida nuevamente tras la quiebra de Awesome, la empresa de Rob Liefeld. El final vendría a partir del nº63 de Supreme, junto a Erik Larsen, pero todo eso se publicó ya pasada la barrera de los ´90.

Todo lo escrito por Moore fue recopilado en dos TPBs, titulados “Supreme: The Story of the Year (que trae desde el 41 hasta el 52) y “Supreme: The Return” (con los números 53 al 56 más la miniserie Supreme: The Return), publicados hace más de 20 años.