Enero de 2001. Arranca un nuevo milenio y Wonder Woman se tiene que poner a la altura de las circunstancias. En el n° 164 se hace cargo de la serie Phil Jimenez, ya consagrado como dibujante, pero todavía con una corta experiencia como guionista (había escrito historias cortas y las miniseries Tempest y JLA/ Titans). Pero a lo largo de dos intensos años al frente de Wonder Woman, Jimenez crecerá notablemente y podrá arrogarse con fundamentos la chapa de ser el verdadero y legítimo heredero de George Pérez.
Para asegurarse buenas ventas desde el arranque, Jimenez plantea un primer arco argumental ambientado en Gotham, obviamente con Batman y sus enemigos (Joker, Scarecrow y Poison Ivy) en roles destacados. Como Phil no estaba muy canchero a la hora de los diálogos, en este arco contará con el aporte en ese rubro del maestro J.M. De Matteis. En los dos episodios siguientes (que narran una especie de Civil War entre las Amazonas, con Hippolyta en el centro de la tormenta), quien colaborará con Phil en los diálogos será el mismísimo George Pérez. Y en su primer unitario (n°170), tendrá como personaje invitado a Superman y como dialoguista invitado a Joe Kelly, por entonces a cargo de la serie principal del Hombre de Acero.
El n°170 también marca la primera aparición de Trevor Barnes, un chico afroamericano que se convertirá en el interés romántico de Diana, y hasta tendrá la oportunidad de iniciarla en materia sexual. Diana y Trevor trabajarán juntos en las Naciones Unidas, una vez que la princesa se establezca en Nueva York. Este romance contradice en parte lo que Joe Kelly venía desarrollando en las páginas de la JLA, donde había una onda fuerte (con altas probabilidades de garche) entre Wonder Woman y Batman. Pero bueno, Jimenez banca su línea argumental con mucha coherencia y eso es lo importante.
En los tres episodios siguientes, la revista se entrelaza con Our Worlds at War, un crossover grandilocuente que afecta a toda la línea heroica de DC. Un dictamen editorial obliga a Phil a boletear a Hippolyta y él, ya que está, hace desaparecer a la isla de Themyscira. Mientras tanto, de keruza, retoma a antiguas villanas como Circe, Silver Swan y Cheetah, que será la más afectada cuando aparezca un Cheetah varón, empresario, millonario… y argentino. El primer conflicto que se resuelve es el de Circe, a lo largo de los n°s 174-176, con un crossover con Joker´s Last Laugh metido en el medio. Le sigue un unitario en el que vemos cómo las Amazonas se reorganizan y fundan una nueva Isla Paraíso y después sí, arranca otra saga grossa.
Entre los n°s 178-183, Phil Jimenez narra una extensa batalla entre Wonder Woman y el grupo de villanas conocido como Villainy, Inc. Ahí están, entre otras, dos enemigas de Diana que nunca habían aparecido en la versión post-Crisis: Giganta y Queen Clea. La aventura se sostiene a pesar de estar un poquito estirada, y lo negativo es que Phil sólo planta las páginas y deja el dibujo y el entintado en manos de Roy Allan Martínez, que lo imita bastante bien, pero no tiene el talento de Jimenez. El propio Phil escribe y dibuja una aventura protagonizada por Troia, que aparece en forma de back-ups (historias complementarias), también serailizada a lo largo de estos números. También por eso la lucha contra Villainy, Inc. abarca tantos números: Jimenez y Martinez nos cuentan esa historia de a 15 ó 16 páginas por mes, para dejarle espacio a la aventura de Troia.
Ya cerca del final, Jimenez vuelve a hacerse cargo del guión y el dibujo para un arco de dos partes (n°s 184 y 185) en el que Diana viaja a la Golden Age, a la época en la que su mamá era Wonder Woman, para una aventura contra los nazis. Los dos números siguientes se centran en la guerra entre la Cheetah clásica y el nuevo Cheetah (Sebastián Ballesteros), que se desarrolla nada menos que en Buenos Aires. Diana, Troia y Circe también tienen roles importantes, en el que será el arco final de esta etapa. El n° 188 (Marzo de 2003) marca la despedida de Phil Jimenez, que nos dejó 25 hermosos episodios y un Secret Files & Origins (el tercero), que es imposible de conseguir.
Wonder Woman volverá a brillar pronto, pero primero hay que superar un escollo, un experimento que salió mal. Entre los n°s 189 y 194 se desarrolla una saga llamada The Game of the Gods, con un equipo creativo a priori demoledor integrado por los maestros Walt Simonson y Jerry Ordway. Sin embargo, esta historia de Diana amnésica y sin poderes deja gusto a muy poco entre los fans. Tampoco ayuda el hecho de que la protagonista pase a usar el pelo corto (más corto que Troia) ni que en el n° 194 los autores liquiden a Trevor Barnes, a quien ya habíamos aprendido a querer incluso los que lo envidiábamos por haber “concretado” con Diana. Pero son seis numeritos, nomás. Para el n° 195 estaba todo listo para iniciar la que tal vez sea la etapa más gloriosa de este longevo personaje.


