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NOTAS

Gordon Rennie

Para ser sincero, detesto hablar de la experiencia de escribir guiones, y odio escuchar a alguien más hablar del tema.
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Viernes 01 de agosto

Mi educación fue la nada misma. Un título en Artes obtenido en una universidad mediocre de Escocia, de esos que no te garantizan llegar a ninguna parte, que es donde me encontré yo a fines de los ´80.

Por suerte en ese entonces había revistas sobre comics que todavía pagaban por las colaboraciones, entonces sobreviví haciendo entrevistas y reseñas para estos medios. Warren Ellis empezó al mismo tiempo que yo, en las mismas revistas. Una de esas revistas sobre comics era Speakeasy, que en un momento mutó hacia Blast, una revista de comics efímera, que fue parte de ese breve surgimiento de comics «maduros», junto con títulos como Crisis y Revolver. Ahí le propuse algunas historietas al director y me compró prácticamente todo lo que le ofrecí. Y ya está, ya era un guionista profesional. Parece que en aquella época todo era mucho más fácil.

Lo primero que salió publicado fue Sewer Patrol, en 1991, pero no fue lo primero que escribí de manera profesional. Para ese entonces ya había escrito los primeros capítulos de White Trash y Sherlock Holmes & The Curious Case of the Vanishing Villain, que aparecerían en el último número de Blast y más tarde continuarían como comic books en Tundra. Créanme que eran mejores historietas que Sewer Patrol, que era un clon berreta de una historia corta tipo los Future Shock de la 2000 A.D.. Lo único notable que tuvo Sewer Patrol es que nunca pude cobrar por ese trabajo. Apareció en el último número de Toxic, y los atorrantes a cargo de esa publicación me pagaron con cheques diferidos, que por supuesto rebotaron. Así que desde muy temprano en mi carrera aprendí una valiosa lección: no trabajes para atorrantes.

Un par de años después, me pude establecer en la Judge Dredd Megazine, a partir de la serie Missionary Man. Me costó pasar de ahí a la 2000 A.D., porque gracias a aquellas reseñas con mala leche que escribía para las revistas, estaba en la lista negra. Creo que David Bishop, el director de la Megazine, me dio trabajo solo para joder a sus colegas de la 2000 A.D., que por suerte unos pocos años después ya se habían ido. De todas las propuestas que le llevé a David, la única que no me rechazó fue la de Missionary Man, y tuve una suerte impresionante porque se le ocurrió que la tenía que dibujar Frank Quitely, en su debut como artista en el mainstream. La verdad que esas primeras historias de Missionary Man no son gran cosa, pero -muy a mi pesar- se siguen reeditando por el hecho de que las dibujó Quitely.

Empecé a trabajar como guionista de videojuegos a partir de mi experiencia en las historietas. Hoy en día, hay guionistas especializados en juegos, que empiezan de cero en esa industria, en lugar de venir con un cierto curriculum acumulado en otras áreas. No tengo idea de por qué hacen eso, pero yo llegué a los videojuegos después de trabajar bastante en historieta. La principal diferencia es que los videojuegos pagan mucho mejor. Y nos llevan de viaje a lugares exóticos como Amsterdam, Dundee y Liverpool. En los últimos 20 años debo haber trabajado en unos 40 juegos, donde hice de todo: desde llegar el día uno a plantear la trama básica, o colaborar un par de días para pulir un poco los diálogos en un RPG coreano muy bizarro del que ni me acuerdo el nombre.

Para ser sincero, detesto hablar de la experiencia de escribir guiones, y odio escuchar a alguien más hablar del tema. Alguna vez David Bishop me invitó a dar una charla para su curso de Guion de Historietas en la Universidad de Edimburgo. Parece que toda mi charla, con preguntas de los alumnos incluidas, duró lo mismo que dos respuestas de cierto guionista británico enamorado de su propia voz, al que habían llevado la semana anterior. Nunca me pidieron que volviera.

De la 2000 A.D. no me voy nunca porque siempre me dan trabajo y son confiables a la hora de pagar. Y porque al ser una antología multi-géneros, en 2000 A.D podés hacer prácticamente lo que se te dé la gana. A nivel de las historias, aún hoy me encantan Zenith, Flesh, la primera época de ABC warriors, las grandes epopeyas de Dredd, tipo The Cursed EarthThe Apocalypse WarThe Pit y Total War. Hoy en día, no releo mucho estas viejas aventuras, ni las mías ni las de los demás. Pero si tengo que citar una obra propia de las que hice para 2000 A.D., siempre destaco Necronauts. También creo, modestamente, que los mejores trabajos de mi carrera son los más recientes, como AbsalomAquila y Jaegir.

Y trabajar para las editoriales de EEUU… no sé, hace años que no leo los comics mensuales, no me llaman la atención. Por ahí miro alguna novela gráfica, de vez en cuando.  Supongo que me inclinaría por algún título de onda mágica o sobrenatural. Zatanna, Vampirella, Doctor Strange, algo de eso.

La experiencia me enseñó que lo mío no es escribir superhéroes tradicionales. Ah, y Shako. Algún día, en 2000 A.D me van a dejar rebootear la serie del oso polar asesino. O Flesh, que no necesita tanto un reboot, como que le claven bien adentro del ojete una vía de tren.