Joe Kelly es uno de esos autores que casi no necesitan presentación. Arquitecto fundamental del Deadpool que hoy es conocido mundialmente, co-creador de la franquicia Ben 10, guionista del nº775 de Action Comics (la célebre «What’s so funny about Truth, Justice & the American Way?» que introduce al super-equipo The Elite liderado por Manchester Black) y creador de, entre otras cosas, el comic I Kill Giants, codo a codo con el español Ken Niimura, con quien vuelve a formar dupla para el proyecto que nos convoca este mes. I Kill Giants no sólo se transformó en un exitazo de ventas y críticas: también logró traspasar la frontera del papel y llegar al cine de la mano de un gran elenco entre las que se incluye a la mismísima Zoe Saldana. Sí, Gamora, exacto.

Immortal Sergeant, el comic que toca reseñar el día de hoy, es una referencia directa muy oscura a una película de guerra de la 20th Century Fox de 1943, protagonizada por Henry Fonda y Thomas Mitchell. Cuenta la historia de un cabo canadiense medio tibio e inseguro, caracterizado por Fonda, tiene que hacerse cargo de lo que queda de un pelotón en medio del desierto africano, en plena Segunda Guerra Mundial, porque el Sargento Kelly a cargo del mismo, en la piel de Mitchell, quedó herido y se termina pegando un tiro ante la negativa del Cabo de dejarlo atrás. Lo que nuestro polémico escritor toma de este film es la relación entre dos personajes diametralmente opuestos en cuanto a lo que piensan de la vida y la manera en la que abordan el día a día. El comic de Image tiene como protagonista a Jim Sargent, a quienes sus allegados suelen llamar «Sarge», un detective malhumorado, canoso y de muy pocas pulgas que maneja un ruidoso Cadillac Coupe Deville 1972, un auto americano al cual podes escuchar llegar a 4 o 5 cuadras de distancia, ¿no? Dicho detective atraviesa ese momento complicado que es el retiro obligatorio, el cual no sólo lo va a poner en el incierto banquillo de los jubilados sino que además va a quitarle los recursos necesarios para cerrar un caso que lo viene persiguiendo desde hace décadas. Así que el tiempo apremia como nunca. Grosero, machista, homofóbico y seguramente votante de Trump, Sarge es un personaje absolutamente incorrecto en cada trazo, cada línea, y uno comienza a detestarlo desde el minuto cero.

El único hijo de Sarge es Michael, un hombre inseguro y con enormes problemas de ansiedad, un tipo que desde la mirada de su padre se le figura afeminado, en el mejor de los casos. Michael tiene un pensamiento progresista al extremo, casi una sátira del perfil liberal yanki, y por supuesto pudo encontrar una mujer que lo acompañe en la vida, con la cual formó una familia que dio como consecuencia tres niñes. La crisis existencial que atraviesa Michael va a conocer su pico de estrés cuando se vea obligado a acompañar a su padre en un viaje interestatal para capturar (en el mejor de los casos) a un posible sospechoso del caso no resuelto, una aventura que se va a transformar en el eje central de esta serie regular y que nos va interiorizar en los pormenores de esta relación tan disfuncional como divertida.

En una entrevista realizada el año pasado, Joe Kelly comentó que este comic es una dramatización exagerada y libre de algunos aspectos de su propia vida, así que fue todo un desafío poder sentarse a escribirlo. Y supo desde el primer momento que Ken era la única persona que podía darle vida a la historieta con el corazón, la comedia y el impacto que esperaba transmitir. Cuando se acerquen a este comic, coincidirán conmigo en que la elección de Niimura es fundamental para obtener los enormes resultados narrativos que esta aventura nos ofrece. La expresividad de los personajes es el punto más alto de esta propuesta, con trazos muy sencillos y dinámicos que transmiten una sensación de estar vivenciando un dibujo animado de Adult Swim. Algo que se me figura muy positivo para quien se acerca al comic a través de un TP es que los autores se toman el tiempo para desarrollar cada uno de los eventos que introducen, tanto los personajes como el contexto. Por ejemplo, el primer número funciona como una carta de presentación de Sarge, y a Michael recién lo conocemos en el nº2. Casi la mitad de ese mismo número está dedicado a que nos interioricemos en la dinámica de la familia de él, y recién para el final comienza el viaje entre los dos personajes que será la columna vertebral del relato de acá en adelante. Pequeños flashbacks y algunos pocos diálogos nos adelantaron pistas acerca del caso que tiene obsesionado a Sarge, pero recién en el tercer número se comienzan a plantear las pautas principales del caso en cuestión, y los detalles comienzan a aparecer en el cuarto y el quinto número, de una serie limitada que originalmente estuvo pautada para 9 entregas.

Pero por supuesto que la idea de Kelly no es solamente jugar con dos personajes contrapuestos y ver que sale de ahí. Hay motivos por los cuales Sarge está obsesionado con el caso e incluso algunas de sus exacerbadas posturas racistas y misóginas ocultan, en algún punto, una necesidad de desviar el foco de atención sobre su accionar. Michael, por otro lado, jamás pudo recomponer su relación con su padre y está convencido de que Sarge lo odia, y el viaje va a permitirle no solamente conocer aspectos de él que pueden llegar a sorprenderlo sino también pondrán en evidencia las falencias de sus creencias y cómo -ante situaciones críticas- las mismas le juegan en contra para sostener sus opiniones con acciones. Immortal Sergeant es tanto un road comic como una serie de cuestionamientos acerca del momentos social que estamos viviendo, y como tal no ofrece respuestas sino más bien planteos disruptivos que pueden dejar al lector con la mandíbula por el suelo.

Por encima de lo que acabo de señalar, lo importante en esta serie es que es atrapante, vertiginosa y muy entretenida, llevada adelante por dos personajes con los cuales, debido a sus extremas posturas, es imposible establecer algo de empatía, y sin embargo la aventura se nos figura adictiva. Una vez más, Kelly y Niimura subvierten las expectativas y vuelven a sorprender, algo que al menos en esta sección siempre es motivo de festejo.

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