Durante y después de su experiencia al frente de la editorial Frontera, el mítico H.G. Oesterheld dejó su huella en la popular editorial Columba.

Oesterheld en Columba (parte 1)

06/01/2021

| Por Diego Accorsi

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Héctor_Germán_OesterheldEditorial Columba fue la editorial de historietas más longeva y clásica de Argentina. Desde 1928 con El Tony, la editorial de la paloma publicó miles y miles de historietas. Por supuesto, Héctor Germán Oesterheld no podía dejar de aparecer por entre sus páginas. Si bien lo más lógico hubiese sido que HGO empezara a colaborar con la gigantesca editorial en la época de oro -principios de la década del `70-, cuando él no tenía un lugar fijo para publicar, las cosas se dieron de un modo extraño. Muchos creen que los primeros trabajos de Oesterheld para Columba son los conocidos personajes que escribiera en esa época dorada (como Roland el Corsario, Kabul de Bengala y otros que veremos más adelante), pero no fue así. Durante la época de mayor auge de su propia editorial Frontera, mientras publicaba El Eternauta en Hora Cero Semanal, dos trabajos de HGO aparecen en las páginas de El Tony. En ese entonces, la veterana revista de Columba era una antología semanal de 32 páginas a dos colores (blanco y negro con blanco y marrón) y a partir del número 1535 de Mayo de 1958, -compartiendo cartel con Steve Canyon, el Agente Secreto X-9, Matt Marriot, Black Shirt, Buck Danny, ¡Periscopio Arriba! y otras- entran a escena los dos primeros personajes que creara Oesterheld para Columba: Burt Zane y Star Kenton.

1958 - El Tony #1535La primera de estas series arrancó con un capítulo de 9 páginas, desde la tapa de El Tony, y luego pasó a entregas regulares de cuatro páginas, siempre con dibujos del maestro Ivo Pavone. Burt Zane es un abogado que rechaza todo por no transar con el crimen organizado y trabaja de vendedor de diarios y libros. El jefe de policía le pide ayuda para la resolución de un crimen y junto a sus dos ayudantes, el grandote Nat O´Shea y el escurridizo ‘Mil llaves’ Morgan, terminan desentrañando un plan secreto del jefe del FBI para robarse un satélite espía (El Tony nº 1545, julio del ‘58).

Star Kenton arranca con un primer episodio de cinco páginas para luego amoldarse a cuatro páginas por entrega. Contó con los buenos dibujos de Walter Casadei y terminó en El Tony nº 1549. La historieta narra la historia de un eximio piloto y científico, experto en un montón de cosas, que tras salvar a la Tierra de un ataque alienígena, es rescatado por otro extraterrestre de nombre Gub, una especie de vigilante cósmico, quien lo invita a recorrer la galaxia con él. Star prefiere eso a convertirse en el héroe de su mundo y vive emocionantes aventuras en remotos planetas. Si bien la historia contra los umfos no llega a un final, Star Kenton queda a bordo de una nave con Gub y otros alienígenas, dispuestos a seguir recorriendo el cosmos en busca de aventuras.

Tres por la ley #23 La rueda del tormentoTiempos turbulentos

Ahora sí. Estamos en 1972 y Editorial Columba (de la mano de Robin Wood y un grupo de talentosos dibujantes) está en su mejor momento. Sólo hace falta una persona, un guionista clásico pero innovador, un maestro con ideas inagotables… Héctor Germán Oesterheld.

Esta vez HGO no tiene su propia editorial, no tiene un trabajo fijo y la situación político-social lo va hundiendo en una depresión, un desencanto que se viene acentuando desde el cierre de Frontera y aumenta cuando su vida personal se ve amenazada por los trágicos eventos que empiezan a sumir al país en un caos. La guerra, que siempre fue ‘el verdadero malo’ de las historietas de Oesterheld, ahora golpea a su puerta y se lleva, sin pedirle permiso, a sus hijas. Sus ideas políticas lo llevan a unirse a ellas, no desde la lucha armada sino desde la planificación estratégica, y se convierte en parte de la Inteligencia del grupo guerrillero Montoneros. Este período de HGO en Columba, estará marcado por esa depresión, ese pesimismo, esa cercanía de la muerte. Esto será evidente en casi todas sus obras de acá en más, sobre todo en los unitarios y en series más relacionadas con la guerra y el espionaje como Brigada Madeleine y 3 x la Ley. Así, la muerte y la imposibilidad de ganar cobran protagonismo en todas sus aventuras, trágicas pero poderosas, con acción pero veladas por la ineludible sensación de pérdida. Los protagonistas sufren pero, cada vez más duros, más curtidos por las derrotas y la muerte que los rodea, siguen su camino en un mundo cruel, aunque adaptado a las normas de la editorial.

Killroy #09 El palomino de TommyDatos curiosos

Antes de compartir los datos duros acerca del paso de este talentosísimo guionista por las páginas de ésta editorial, podemos señalar que Oesterheld firmó gran parte de sus trabajos con seudónimos. Esto se puede haber debido a una política de Columba, que no quería que el mismo autor figurara más de una vez por índice. Así como Robin Wood debió usar más de ocho seudónimos, HGO firmó sus obras con distintos nombres: Héctor Sánchez Puyol y Germán Sturgiss fueron los más usados. Para la serie Killroy, utilizó un seudónimo que ya había usado Wood para sus primeros westerns y que fue pasando por entre los guionistas que realizaban historietas de ese género: Joe Trigger (José Gatillo).

El archivo con todas las obras de Oesterheld en Columba ocupa 422 fichas, contando los seriales de los ’50 completos como una sola historieta cada uno. Además, ahí aparecen las obras que los guionistas presentaban y eran rechazadas, aunque nunca sabremos el por qué. Entre las historietas de HGO hay sólo dos rechazadas: el unitario El Rayo de la Muerte (2/9/74) y el episodio nº 61 de 3 x la Ley: ‘Sólo la Muerte’, rechazado en dos oportunidades (9/12/75 y 23/12/75). Esta fue la última historieta presentada por HGO a la editorial.

(muy pronto, la segunda parte)

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