¿Qué pasa en el “under” de ahora? ¿Quiénes son los autores que empujan desde abajo para ganarse el espacio que conquistaron los que vinieron antes?

La nueva «Nueva Historieta Argentina»

05/12/2013

| Por Javier Hildebrandt

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fanzinesLos que seguimos de cerca el así llamado “resurgimiento” de la historieta en Argentina (que, sin una fecha exacta de inicio podríamos ubicar entre el 2003 y la actualidad), con su consecuente y obligada reconversión de producto de la industria cultural a proyecto artístico, hemos notado el desfasaje que se produce en general en los grandes medios cuando se habla de los nuevos actores de la historieta local. Para ser más directos: gran parte de la prensa de alcance masivo ha descubierto en estos últimos años a autores que ya llevan una década larga de trabajo en sus espaldas. Se da la curiosidad, entonces, de que la llamada “nueva historieta argentina” hoy está conformada por guionistas y dibujantes que, en otros ámbitos y bajo distintas circunstancias de producción, ya se habrían ganado un reconocimiento acorde al volumen de su obra.

En esto ha sido determinante, sin duda, el retroceso y la sequía de publicaciones de casi toda la década del ‘90. Los autores que hoy desembarcan en los diarios y las publicaciones de circulación nacional que se ven en puestos de revistas y librerías han tenido ya su larga andadura en el “under”, refugio auto-construído en el desierto cultural de la época menemista.

Entonces, nos preguntamos: luego de estos diez últimos años de primavera historietil: ¿qué está pasando en el “under” de ahora? ¿Quiénes son los autores que hoy empujan desde abajo para ganarse el espacio que conquistaron los que vinieron antes? ¿Se puede hablar de un “nuevo panorama” que venga a desplazar al viejo “nuevo panorama” que, para el público en general, hoy recién está asomando? Trataremos, en esta nota, de aventurar algunas respuestas.

Cómo viene la mano

revistas2Basta con recorrer los encuentros que nutren desde hace algunos años la agenda comiquera porteña (Dibujados y el Festival Increíble son los más representativos) para dar una idea del panorama rico y variado que ofrece hoy la historieta independiente. Lejos del certificado de defunción decretado al fanzine frente a la hegemonía de los blogs, la clásica revista fotocopiada y abrochada se convierte hoy en símbolo de una posición ideológica y estética. No son pocos los autores de trayectoria que coquetean con el fanzine como una búsqueda artística más libre, desprovista de las restricciones que imponen los grandes medios. Burlando, de Gustavo Sala; Nadie sabía qué hacer con las manos y Pasivo & Activo, de Juan Sáenz Valiente y Homínidos, de Podeti son algunos ejemplos.

Asimismo, la nuevas tecnologías de impresión, que permiten un acceso más fácil a tiradas pequeñas de buena calidad, favorecen la aparición de nuevos sellos editoriales y vuelven difusas las fronteras entre un fanzine con aspiraciones de revista y una edición artesanal. Sellos como Loco Rabia, Agua Negra, Moebius, Noviembre, Dead Pop, Hotel de las Ideas y los veteranos cordobeses de Llantodemudo se mueven entre estos parámetros. La editorial La Pinta incluso llegó a tener su propia área de producción de fanzines, bajo el nombre de Zinemateca. Todos ellos tienen en común un catálogo en el que priman primeras ediciones de autores nuevos (varios de ellos también editores) e historias que aportan nuevas miradas y vueltas de tuerca sobre géneros clásicos.

revistasPor el otro lado, la producción de revistas y fanzines se diversifica aún más y nos encontramos con títulos de notable calidad editorial como Ultramundo, del grupo Niños; Barras, de Emilio Utrera y las producciones del grupo Panxa. Tenemos también publicaciones que incluyen textos y artículos sobre temas afines, tal es el caso de Un Faulduo, revista de investigación y experimentación sobre historieta, Clítoris, revista de “historietas y exploraciones varias” con entrevistas y reseñas vinculadas a los movimientos feministas, o la más reciente Asustaviejas. Sumémosle a esto las publicaciones que llegan de otros países de Latinoamérica, producto de la riqueza de festivales que hemos tenido en los últimos años. De estas podemos destacar sin dudas las antologías Larva (Colombia), Carboncito (Perú) y Étnica (Venezuela). Autores de estas latitudes, más bolivianos, ecuatorianos, brasileros y locales confluyen en la interesantísima colección Burlesquita, de la editorial Burlesque. A este panorama le podemos añadir revistas y autores de continua militancia en el under, como Razz, las revistas Caca y Qué hammmbre! y los trabajos de Juani Navarro e Iván Riskin, que ya han metido un pie en el suplemento Fierrito.

barras02-00Ante este panorama, se podría arriesgar que la producción general se inclina hacia el lado de la experimentación, las producciones de influencia mayormente artística, las historias de impronta autoral y el humor absurdo. Sin embargo, como contrapartida tenemos al sello La Duendes y su ecléctico catálogo, que incluye nuevos autores que trabajan historietas de género con estructura clásica (Diego Aballay, Pablo Barbieri, Fer Gris, Oenlao, entre otros), el colectivo Purple Comics, el notable trabajo de Franco Viglino en su fanzine Chicken Wing, los dos volúmenes de El maravillos viaje del Sr. Nic-Nac, del sello Anexia y el inoxidable EFX Studio, que sigue batallando desde hace ya 15 años con Camulus.

En no pocos casos, los blogs y sitios web funcionan como un preview o una “pre-publicación” de la obra recopilada luego en papel. Casos modelos son los del ya mencionado Purple Comics y el de Cripy, la revista de terror para chicos que tiene su versión virtual en pdf de periodicidad mensual y los especiales con una selección de trabajos para leer en papel.

Lo que vendrá

tumbLa enumeración anterior no pretende ser exhaustiva y habrá, de seguro, nombres y títulos faltantes. Se trata simplemente de una visión que proviene del recorrido habitual por las ferias y también, de haber pasado más de dos horas calentando una silla para vender un “fansín”. Lo que se aprecia en este nuevo panorama, a diferencia de la generación fogueada en los ‘90, es un mayor espacio para la experimentación, la reflexión sobre el medio y la narración no tradicional, pero también una revitalización de los géneros y la aventura clásica. Todos juntos, pero no revueltos. Y en varios autores, una reinvidación del fanzine como bastión ideológico y estético, orgulloso de su lugar subterráneo (con la probable excepción de los que publican en Fierrito, suplemento que producto de la dirección de Diego Parés, intenta emular estos códigos).

Lejos estamos de cerrar la discusión con esta nota; más bien, la intención es abrir la cancha para el debate y la polémica sobre un espacio que se encuentra en plena gestación. No somos afectos a la futurología ni podemos predecir cuál de todos estos autores tendrá en el futuro su tira en La Nación, su historieta en el suplemento de Télam o su portada en la Fierro. Lo que sí es seguro es que hay un “avispero” en continuo movimiento y algo interesante se está cocinando ahí. Como decía Beto Quantró, el malogrado cantante de Peter Capusotto: “algo está por pasar, algo está por venir…”.

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