Última entrega de esta increíble mega-nota que se propuso rescatar a decenas de justicieros olvidados.

Cowboys enmascarados (parte 29)

19/02/2025

| Por Roberto Barreiro

2 comentarios

Si consideramos el éxito que El Zorro siempre ha tenido en Argentina, en especial la serie de Disney protagonizada por Guy Williams (un fixture por años en la grilla a la hora de llenar espacio, porque siempre algún puntito da), es curioso que no haya habido tantas ediciones de historietas argentinas con el personaje, tanto las legales –en este caso porque probablemente por años ese lugar lo ocuparon las ediciones de la editorial Dell que sacaba Editorial Novaro- como las ilegales. En este último caso tenemos, por supuesto, la edición de Mo.Pa.Sa., el sello donde el editor José Alegre se dedicaba sin el menor escrúpulo a hacer versiones ilegales “made in Argentina” de cuanta serie tuviera éxito en la televisión. En el caso de El Zorro de Mo.Pa.Sa., los guiones corrían a cuenta de Jorge Morhain y los dibujos los hacían su hermano Mario y Lito Fernández. No sabemos cuántos números hubo, aunque sabemos que una editorial “J.A:” (que coincidencia las mismas iniciales de José Alegre, el dueño de Mo.Pa.Sa.) tuvo un nº 33 de la colección TV Aventuras con el Zorro, en algún momento de la década del ´80. Sí sabemos que se reeditaron por la editorial Krisema, teóricamente en una edición especial para el diario uruguayo “La Republica”. ¿Cómo pasó esto?, ni idea.

Por el lado legal, en 1987 la editorial Tucuman sacó una revista de El Zorro, con varios números (no sabemos cuántos) que aparentemente estaban aprobados por Walt Disney, que reeditaba historias publicadas en la década anterior por la editorial chilena Pinsel.

Tampoco hay muchos cowboys enmascarados creados expresamente para el mercado argento. Solamente tenemos dos registrados, ambos de la década de 1950. Ambos terminarán siendo dibujados en su momento por la misma persona y ambos se cuadran dentro de la variante local del cowboy enmascarado: el gaucho enmascarado. El más famoso de los dos es Poncho Negro, principalmente por el hecho de no nacer en la historieta sino dentro de los radioteatros de aventuras para chicos que en la década de 1950, antes de la televisión, era el principal medio de comunicación. Creado por Antonio Ortiz Noguera, Poncho Negro era un enmascarado que junto a su fiel indio Calunga (que hablaba en infinitivo como el pobre de Toro/Tonto) y su caballo Satán, aparecía a arreglar entuertos en un campo argentino… medio raro porque era más un campo genérico, sin demasiado énfasis en dónde ocurría la acción. Poncho Negro será el protagonista titular de la revista homónima –que igual era una antología de historietas- editada por Editorial Sensaciones en 1953.

Las primeras historias las guioniza el propio Ortiz Noguera y las dibuja un joven dibujante llamado Carlos Vogt, que rápidamente se va a retirar y lo van a reemplazar José Maria Taggino, Leandro Sesarego, José Clemen, C. Gutierrez, Hugo Guzmán y finalmente Carlos Musuraca. La revista Poncho Negro seguirá hasta mediados de la década de 1960, aunque para el final el personaje ya había desaparecido.

Lo interesante del caso es que en 1997, el dibujante Jeremías Sanyú (pseudónimo de Héctor Sanguiiliano) publicará dos historias de “El Joven Poncho Negro”, con un heredero del manto heroico aconsejado por un Kalunga (aquí con K) más maduro y que ya no habla en infinitivo. Esto lo vimos en dos números de Animal Urbano (el 2 y el 4) de la segunda etapa de dicho comic book, publicado por la editorial Imaginador.

 

Antes de Poncho Negro, Vogt ya había dibujado a otro gaucho enmascarado, aunque este, en vez de copiar los tópicos del Lone Ranger, será fiel discípulo gauchesco de nuestro Zorro de toda la vida. Capiango se publicará a partir de 1952 en la revista Superhombre, de Editorial Muchnik, con guiones de Luis Lanús y dibujos de un muy joven Alberto Salinas (mucho antes de dibujar Dago). Tan joven que deberá ir al servicio militar y en su reemplazo quedará Carlos Vogt, quien lo dibujará –incluso paralelamente con Poncho Negro- hasta el cierre de la serie (que no será muy larga). Ambientada en la Salta de la guerra de la Independencia, Capiango es en realidad Santiago de Linares, un joven aristócrata salteño que públicamente es un cobarde bueno para nada. Pero que se enmascara y se convierte en Capiango, el terror de los soldados realistas que ocupan la zona y el héroe de los patriotas de la zona. Su primer rival será el comandante Ripoll y, una vez derrotado éste, será reemplazado por el comandante García. Ninguno podrá detener en toda la serie a Capiango que terminará su carrera ahí por 1954 o 1955.

Fuera de estos personajes, no hemos tenido más cowboys y/o gauchos enmascarados protagonistas en la historieta argentina, al menos que yo haya detectado. Por supuesto, puede fallar.

EPILOGO

¿Por qué desaparecieron los cowboys enmascarados de la historieta? Probablemente por lo mismo que el western retrocedió como género: las fórmulas que una vez lo hicieron exitoso no lograron salir de la repetición y lo condujeron no a una desaparición total –todavía se hacen historietas del género sobre todo en Europa- pero si a una importancia decreciente. En el caso de los cowboys enmascarados, algunos sufrieron mutaciones extrañas (el Ghost Rider de la Marvel convertido en motoquero con poderes místicos, por citar uno), otros han tenido cierto aggiornamiento en nuevas versiones en otros medios (principalmente el Lone Ranger y el Zorro) y la gran mayoría se han ido galopando hacia el ocaso, al limbo de los personajes olvidados de los que esta larguísima nota desperdigada en el sitio ha querido siquiera rescatar.

Seguro que quedaron personajes similares en el tintero (no escarbamos el material de la Europa no española, por ejemplo) pero hasta aquí llegamos. Solo nos queda decir, en las sabias palabras del Llanero Solitario: “Hi-yo Silver, Awaaaayyyy!!!!”

Compartir:

Etiquetas:

Dejanos tus comentarios:

2 comentarios